La Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra hoy 31 de agosto el Día Internacional de la Solidaridad. Los 189 países miembros de Naciones Unidas acordaron conseguir para septiembre de este año los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), también conocidos como Objetivos del Milenio en torno a un programa común: abordar la pobreza mundial.

Tras el fin de la guerra fría y el fin de la bipolaridad, en el año 2000 se respiraba un clima de optimismo en los albores del nuevo milenio. La solidaridad entre países estaba presente y se afrontaba una nueva etapa de progreso, desarrollo y paz mundial. La Organización de Naciones Unidas (ONU) lo tenía claro. «Todos tenemos que tener una actitud solidaria, esto supone: respetar a todas las personas, ya que todos tenemos unos derechos fundamentales e inalienables, romper las barreras que nos alejan de los demás y sobre todo buscar siempre en nuestras relaciones lo que une en lugar de lo que nos separa».

La ONGD Anesvad recuerda «la necesidad de que se tengan presentes los retos en materia sanitaria a nivel mundial que se han reflejadoen los ODM y los que van a estar presentes en los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS)».

La organización solidaria mantiene que sin salud «no es posible llevar a cabo una vida digna. Esto estaba muy claro en el año 2000 y el optimismo reinante presagiaba un plan para los ODM sólido y poner en la agenda mundial el Derecho a la salud. Además, hoy los ODS priorizan también la salud».

Recortes en sanidad y educación

Anesvad señala que años después, en el contexto de crisis económica «se han producido recortes en materias como sanidad o educación, algo que ha mermado los sistemas públicos sanitarios en varios países del mundo, también en España».

Por eso, en el Día de la Solidaridad la ONGD recuerda que cada año 100 millones de personas caen en la pobreza al tratar de costearse su salud. «Estas personas se suman a las cerca de 1.000 millones de personas que en el mundo no tienen acceso a ningún tipo de servicio de salud. Algunas de ellas viven en nuestro entorno más cercano. Son personas vulnerables en situación de riesgo y exclusión social que ven condicionado su pleno desarrollo».

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), que agrupa a 34 de los países más industrializados del mundo, también alerta de los «serios riesgos» de que haya grupos de población, especialmente entre las personas con menos ingresos, que renuncien a los cuidados que necesitan, ya sea a medicación o a los controles de las enfermedades crónicas que padecen, ante la reducción de los servicios financiados con fondos públicos. «Ello podría tener efectos para la salud a largo plazo y consecuencias económicas para los más vulnerables», destaca la OCDE, al tratarse de una población mucho más sensible a los copagos.

Anesvad afirma que «ahora que se habla de la atención a los inmigrantes irregulares en España y de posibles nuevas medidas del Gobierno. Según hemos sabido por portavoces del Ejecutivo actual al devolver la tarjeta sanitaria a inmigrantes irregulares en algunas comunidades, España volvería a la situación previa de la reforma sanitaria» y asegura que eso «implicaría pagar multas millonarias cada día y la paralización de los fondos europeos, entre otros».

Una información que surge cuando además hace poco, el 20 de abril, se cumplieron tres años de la reforma sanitaria que el Gobierno aprobó en 2012. «En el Día Internacional de la Solidaridad queremos reflexionar sobre el impacto que está teniendo la crisis, la reforma sanitaria, los recortes y el retroceso en derechos en estas personas y en el resto de la sociedad. Solidaridad es apostar por la cobertura sanitaria para todas las personas al margen de su situación».