Cada año, más de 100 millones de personas caen en la pobreza al tratar de costearse su salud. La gran mayoría de ellas viven en el continente africano o en el sudeste asiático, donde un tercio de las familias se endeuda por este motivo. Sin embargo, cada vez son más las personas de nuestro entorno más cercano las que se encuentran en esta situación.

La ONGD Anesvad recordó con motivo del Día Internacional de la Pobreza celebrado el sábado que la salud es »tanto una causa como una consecuencia de la pobreza: si una persona cae enferma no puede producir, y si no produce, no genera los ingresos que necesita para atender su salud. Y es que a pesar de que salud es un Derecho inherente a todos los seres humanos, de cuya universalidad se ha hablado en multitud de ocasiones, los costes que se derivan de su cuidado y atención no son gratuitos para todas las familias. Su acceso es incluso, limitado para muchas personas: cerca de 1.000 millones de personas en el mundo no tienen acceso a ningún servicio de salud».

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) recién aprobados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyen como una meta de su Objetivo 3 «lograr la Cobertura Sanitaria Universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos».

La situación es preocupante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un tercio de la población mundial no tiene acceso a medicamentos. Ocurre incluso en nuestro entorno más cercano. Según datos del último Informe Foessa, la exclusión afecta en España a un 25,1 % de la población, alcanza a más de 11 millones de personas. De ellas, una de cada dos sufre exclusión sanitaria (46 %). El estudio revela, además, que un 13,3% de los hogares en España han tenido que dejar de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por problemas económicos.

Anesvad afirma que trabaja «para la promoción y protección de la salud, entendida como un Derecho Humano Fundamental. Al año acerca este Derecho a más de 8 millones de personas en todo el mundo.

Una quinta parte de estas personas son inmigrantes en situación irregular, sin tarjeta sanitaria ni acceso a ningún tipo de medicamento. El resto están en situación regular o son de origen local, pero se encuentran afectadas por los bajos ingresos económicos y medidas como el copago farmacéutico.

Puesto que el acceso a medicamentos preocupa mucho, varias organizaciones de la sociedad civil presentará mañana miércoles 21 de octubre «No es sano», la campaña para sanear el modelo de innovación de los medicamentos: http://www.noessano.org.

Debate público y político

Las organizaciones firmantes del manifiesto que vertebra esta campaña se unen «para defender y promover el acceso universal a los medicamentos como parte indispensable del Derecho a la salud. Pretendemos, en el marco de las próximas elecciones generales, promover un debate público y político informado e impulsar el compromiso del Gobierno, los partidos políticos y otras instituciones por un cambio en el modelo de Innovación médica», afirman.