Queda mucho camino por recorrer en España en pro de la igualdad de género, pero si hablamos de los países en vías de desarrollo, todavía hay muchos más pasos que dar. Pese a ello, surgen mujeres dispuestas a trabajar para que su situación mejore y que en un futuro próximo sus hijas gocen de las mismas oportunidades que los hombres. Carmen Montenegro, Geovanna Terceros y Flavia Marco viven en Bolivia, son tres de estas luchadoras.

San José de Chiquitos es una población humilde, con unos 17.000 habitantes, que se encuentra en el este de Bolivia. Esta pequeña ciudad se ha convertido en uno de los epicentros del empoderamiento de la mujer en su país. Allí se ha iniciado un proyecto pionero a nivel nacional: la creación de una Oficina de la Mujer que vele desde las instituciones por avanzar en cuestiones de género.

Carmen Montenegro es la directora de la oficina, en la que ya han empezado a trabajar «en un plan para crear conciencia en los barrios y las zonas rurales respecto a la igualdad de género». Montenegro incide en que quieren «dar valor a la parte económica que la mujer genera», y es que, según el censo de 2012, un tercio de los hogares de la región tienen una cabeza femenina como máxima responsable. Es más, desde el Fons Valencià per la Solidaritat apuntan a que este indicador incluso puede estar subestimado en tanto que, por razones culturales, las mismas mujeres tienden a no reconocer el hecho de ser las responsables del domicilio y atribuyen el encabezamiento a un varón aunque no esté presente.

Otro de los objetivos fundamentales del proyecto es la reducción de la mortalidad de las madres en el parto y del número de adolescentes embarazadas, según apunta Geovanna Terceros, técnica del Cepad (Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible), una entidad clave junto al Fons Valencià per la Solidaritat para abrir esta oficina.

Y, por supuesto, no olvidan la gran lacra que sacude a las mujeres a nivel mundial. «España está muy avanzada en la lucha contra la violencia machista, y tenemos mucho que aprender», dice Geovanna, una afirmación que es todo un reflejo de la insostenible situación que viven las mujeres de su país por esa cuestión.

«Esta oficina velará por la aplicación de los instrumentos legales en políticas de igualdad, que suelen quedar en letra muerta», explica Flavia Marco, asesora externa de Cepad. Flavia advierte también de las principales dificultades a las que se enfrentan: la resistencia a la autonomía económica de las mujeres, la falta de recursos y, sobre todo, los obstáculos culturales. El sistema patriarcal y de postergación de la mujer está muy arraigado en la sociedad boliviana y latinoamericana en general.

«Son proyectos pequeños, pero con los que se consigue mucho», resume Geovanna. Los mimbres están puestos, es hora de que las mujeres se abran paso en el sur.