Un traficante abandonó el lunes un paquete con más de medio kilo de cocaína en una calle de Valencia al creerse descubierto por la policía, que en realidad acudía a un aviso de maltrato. La rocambolesca historia ocurrió sobre las ocho y media de la tarde del lunes en la confluencia de las calles Ontinyent y Alberic, en el valenciano distrito de Abastos.

Según explicaron a Levante-EMV testigos presenciales de los hechos, el presunto traficante, que logró escapar finalmente , eso sí, dejando la droga tras de sí, llegó sobre las ocho de la tarde a un bar, en el que pidió una cerveza. Los testigos afirman que "por el acento, parecía de un país del Este. Era extremadamente amable y muy educado".

El hombre, de unos 35 años de edad y que llevaba una bolsa de plástico con un paquete en el interior, pagó en la barra y se sentó apaciblemente en la terraza del local, donde consumió la cerveza.

Al cabo de una media hora, según recuerda los testigos, "recibió una llamada en su teléfono móvil y, tras atenderla, se levantó de la mesa, y se apoyó en la fachada exterior del bar, como si estuviese esperando a alguien".

Sin embargo, nunca llegó a hacer entrega de la droga a su contacto, ya que fue en ese momento cuando entró por la calle Ontinyent el primero de los dos coches patrulla del Cuerpo Nacional de Policía. El supuesto traficante no lo sabía, pero acudían para atender la llamada de una mujer residente en las inmediaciones que había pedido auxilio porque su pareja la estaba agrediendo.

"No llevaba las sirenas puestas, pero entró muy fuerte y se subió a la acera, justo enfrente del bar. Entonces, entró por la misma calle el segundo coche patrulla, que ya venía con las luces y las sirenas conectadas. Fue entonces cuando el hombre salió corriendo a toda velocidad", explica un testigo presencial.

Al verlo, dos de los agentes echaron a correr tras el sospechoso, en la creencia de que podía tratarse del presunto maltratador. El fugitivo continuó huyendo por la calle Alberic, donde arrojó la bolsa entre dos coches, y siguió por San José de Calasanz. Los policías ya no pudieron darle alcance, ya que presumiblemente se subió en un coche y escapó, pero al menos pudieron recuperar el paquete, en cuyo interior había algo más de medio kilo de cocaína, cuyo valor oscilaría entre 30.000 y 40.000 euros.