La banda que asalta a ancianos hiere y maniata a una octogenaria en Alboraia

Los atracadores, extremadamente violentos, han cambiado el escenario ante la presión policial: ahora atacan a personas mayores al norte de València

La Guardia Civil y la Policía Nacional intentan sumar esfuerzos para atrapar a los delincuentes, que ya acumulan cerca de una veintena de robos con violencia en cassa de huerta

Dispositivo de la Policía Nacional en La Punta, a raíz de la oleada de robos a personas mayores.

José Manuel López

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

La banda que asalta a ancianos que viven aislados en casas de campo en la escasa huerta que aún rodea València ha decidido cambiar su radio de acción. Si hasta ahora estaban asolando las pedanías del sur, donde han cometido al menos 16 asaltos violentos desde noviembre, los últimos dos los han perpetrado al norte de la ciudad. ¿La razón? Intentar eludir la elevada presión policial para intentar atraparlos, presión que ha crecido con la indignación y tensión vecinal en Castellar y la Punta, dos de las zonas más castigadas por este grupo de delincuentes.

El último ataque violento -ya llevan casi veinte- ha ocurrido en la madrugada de este miércoles festivo del 1 de mayo, y la víctima es una mujer de 80 años a la que tuvieron atada de pies y manos y sentada en una silla durante horas, mientras registraban su vivienda en busca del botín que codician: joyas y dinero en metálico.

En este caso, la víctima sufrió heridas de consideración, ya que la golpearon con los puños y, al parecer, también con un martillo que cogieron de su casa, algo habitual en este grupo criminal, que no suele llevar armas, sino que utiliza cualquier herramienta que encuentra a su paso durante el robo en la vivienda elegido para amedrentar a sus víctimas, especialmente vulnerables por la edad y el aislamiento.

La sacaron violentamente de la cama

El asalto perpetrado en Alboraia comenzó sobre la una de la madrugada, cuando cuatro hombres encapuchados entraron en tromba en la casa cuando la mujer, que vive sola, ya dormía desde hacía rato.

Tras sacarla violentamente de la cama y del dormitorio, la ataron de pies y manos y comenzaron a golpearla mientras le exigían que les dijera dónde guardaba el dinero y las joyas. Como en el resto de las ocasiones, la víctima apuntó más tarde a la Guardia Civil que cree que los delincuentes son extranjeros, probablemente de un país del Este, a tenor de su acento en castellano, idioma en el que dan las órdenes a los asaltados.

Nueve horas atada de pies y manos

Después de quitarle el poco dinero que tenía en la casa y alguna joya, y de haberla golpeado una y otra vez, se fueron de la casa, dejándola sentada y atada de pies y manos. La mujer no pudo liberarse ni pedir ayuda, ya que nadie escuchó sus gritos de auxilio, por lo que permaneció en esa situación durante más de nueve horas.

De hecho, fue un familiar suyo quien la encontró, inmovilizada y dolorida, pasadas las diez de la mañana del miércoles, al acudir a su casa alarmado porque no respondía a las llamadas de teléfono. Esa persona fue quien la liberó y llamó al teléfono de Emergencias 112, desde donde se activó la ayuda sanitaria y policial.

Sanidad envió al lugar una ambulancia medicalizada del SAMU, cuyo equipo la trasladó al Hospital Clínico una vez atendida en el lugar, según han informado fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), que explicaron que la víctima tenía heridas en muñecas y tobillos de las ataduras, contusiones por los golpes en distintas partes del cuerpo y los pies hinchados, como consecuencia de las nueve horas que pasó maniatada.

Coordinación policial

Así mismo, acudieron patrullas de la Policía Local de Alboraia y de la Guardia Civil, que se entrevistaron con la mujer para recoger los primeros datos de un caso que ya ha pasado a manos del grupo de delitos contra el patrimonio de la Comandancia de València, cuyos agentes centralizan la investigación sobre esta banda desde hace aproximadamente un mes. De momento, ya son casi 20 los robos violentos que cometen, eligiendo siempre a personas mayores que viven solas en casas aisladas de huerta.

Los agentes de Patrimonio, por parte de la Guardia Civil, y los del grupo de Atracos, por la de la Policía Nacional, asumieron el caso tras una reunión entre mandos policiales propiciada por la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que tenía por objetivo coordinar esfuerzos entre los dos cuerpos estatales con competencias en materia de Policía Judicial para intentar atrapar cuanto antes a esta banda cuya violencia puede acabar siendo letal en cualquier momento.