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Tecnología

Las pymes se aíslan del comercio electrónico

El crecimiento de las ventas a través del comercio electrónico en España ha sido espectacular, pasando en una década de 440 millones a 12.700

Las pymes se aíslan del comercio electrónico

Ya sea por el retraso en la incorporación a las nuevas tecnologías o la reticencia o el resquemor a marcar el número de la tarjeta de débito o crédito en el ordenador, lo cierto es que España se ha convertido en uno de los países europeos con mayor proyección del comercio electrónico. El último informe de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) lo deja muy claro con sus cifras: en el último trimestre de 2013 se batió un nuevo récord en facturación, superando los 3.432 millones de euros, con lo que en el cómputo anual ya se han superado los 12.700 millones. El crecimiento de las ventas por el canal electrónico ha sido espectacular, ya que hace una década apenas se superaban los 440 millones de volumen de negocio. Y las perspectivas de futuro no son menos prometedoras.

Sin embargo, en la inmensa tarta económica del comercio electrónico hay una parte muy importante del tejido empresarial español que está descolgada y que tiene serias dificultades para, ni siquiera, pasar el dedo por el pastel: las pymes y los autónomos.

Los últimos datos de SAGE demuestran que el principal bloque empresarial español camina por la orilla de las tecnologías: El 44 % de las pymes españolas no mantienen ningún vínculo con internet; el 46 % reconoce tener abierta una página web de carácter meramente informativo y solo una de cada diez reconoce contar con una página que permite el comercio electrónico.

La ausencia de las pymes y los autónomos de este gran pastel económico no es baladí, puesto que suponen el 99,9 % del tejido empresarial, según el último informe del ministerio de Industria «Retrato de las pyme 2014». Es más, el 96,8 % de las empresas que se dedican al comercio tienen menos de nueve trabajadores, y cerca de la mitad son autónomos sin asalariados. Y en el resto del sector servicios que junto al comercio son los que mueven la mayor parte del negocio de ventas por internet ocurre prácticamente lo mismo: El 96,1 % son empresas con menos de 9 empleados y, de ellas, un 55,5 % son autónomos sin asalariados.

La desafección de los responsables de las empresas de menor tamaño al comercio electrónico tiene mucho más que ver con aspectos culturales que económicos. Rafael Pardo, responsable de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) de Valencia, entiende que «hay un aspecto de falta de información con las nuevas tecnologías que se tiene que resolver y en el que deberían incidir las administraciones públicas a través de los plantes de fomento de la competitividad». Pardo aporta datos muy significativos que revelan esa «incultura» tecnológica: «tres de cada diez autónomos no tiene ordenador en su negocio y cuatro de cada diez carecen de conexión a internet». «Normalmente los profesionales sabemos mucho de nuestro negocio, pero no nos ocupamos de otras cuestiones que tienen que ver con él. Por ejemplo, los autónomos delegamos los papeleos y los trámites administrativos en un gestor, y así otras cosas. Mientras no se vea la viabilidad de la apuesta, su utilidad, que merezca la pena la inversión en tiempo y dinero, esto no cambiará»

La mayoría de las pymes y autónomos albergan muchas dudas sobre una tecnología que, según el ministerio de Industria, «aporta destacadas ventajas al negocio tradicional, tanto para el empresario como para su cartera de clientes». Los resultados de la encuesta de SAGE muestra claramente la falta de información: el 54 % de los autónomos considera que sus productos no son adecuados para la venta en la red; al 48 % no les interesa, sin más; el 3 % se lo está pensando y solo el 1 % tiene interés en poner en marcha un canal por internet para la venta en un periodo inferior a los doce meses.

En fuera de juego

«A las pequeñas empresas y a los autónomos todo esto de las redes y las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) les coge en fuera de juego. Requiere mucho tiempo que no es precisamente de lo que más se dispone en este tipo de empresas. Hay autónomos que sí que se han metido en ésto, pero llegan hasta donde llegan, Se buscan la vida como pueden, pero siempre se necesita más tiempo», señala Javier Pastor, secretario general de UPTA en la Comunitat Valenciana. «Crear una web es más sencillo, hay plataformas que las tienen ya preparadas, pero pero de ahí a vender hay un mundo» apostilla.

Para tratar de cubrir esa posible demanda de innovación tecnológica en las empresas tradicionales las administraciones públicas han puesto en marcha algunas ayudas que resultan a todas luces insuficientes. El ministerio de Industria tiene Red.es, que a través del programa «'Mentoring' en comercio electrónico» cuenta con una dotación de 510.000 euros para las empresas de la Comunitat Valenciana, que han presentado 477 solicitudes de ayuda. Sin embargo, según las estimaciones del ministerio, solo se pondrán beneficiar 34.

En el caso de la Generalitat la cosa se complica aún más, ya que no existe un programa concreto y es necesario acogerse a alguna de las líneas de Comerç Innova, el Plan de Continuidad Empresarial, que suman 3,87 millones de euros para todos los programas, incluidos los de comercio rural, ferias y certámenes comerciales, animación y promoción, formación, mejora de la competitividad...

Por otro lado, a la sombra de estas necesidades han nacido numerosas empresas tecnológicas cuyo objetivo es ofrecer plataformas en las que puedan entrar las pymes y los autónomos para ofrecer sus servicios y para modernizar sus sistemas de gestión.

«Se están creando pasarelas, una especie de centros comerciales virtuales abiertos, en los que si quieres entrar, pagas una comisión en función de las ventas y unos gastos de administración, que pueden ser de un 0,35 %, o unos 33 euros mensuales si la empresa es más fuerte. Ahí está tu empresa y el sistema te redirecciona o puedes vender a través de ellos», señala Javier Pastor.

Estos centros virtuales lo que consiguen es garantizar un mínimo de entradas de potenciales clientes que ya tiene la plataforma,a los que no tendría acceso una pyme que se estableciera de forma independiente.« Somos como un aliado del pequeño comercio, porque nosotros tenemos un tráfico importante en la web y en el móvil del que se puede servir el pequeño comercio» señala Juan Luis Rico, director general corporativo de Letsbonus, un plataforma que comenzó en 2009 en un principio ofreciendo planes de ocio con descuento y que ahora ha ampliado su negocio.

«El noventa por ciento de las empresas que recurren a nosotros tienen menos de diez empleados y facturan menos de medio millón de euros anuales.», indica Rico. Se trata de productos o tratamientos de belleza, espectáculos, restauración... «Montar una web resulta relativamente sencillo para una empresa señala el directivo de Letsbonus, pero estar posicionado en los motores de búsqueda [como Google] o tener tráfico es más complicado y caro, y eso es lo que ofrecemos a las pymes».

En estos casos, el empresario que contrata estos servicios, según el tipo de plataforma, paga un porcentaje por las ventas o asume los descuentos con los que ha de salir al mercado su producto.

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