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Festival de les Arts

La Habitación Roja: "El que resiste, gana"

Dicen que en veinte años no han sucumbido a modas y que sobrevivieron a las expectativas - Estarán el Festival de les Arts aunque no es un retorno porque nunca se han ido

Los miembros de La Habitación Roja, en su local de ensayo en L´Eliana. Dani Tortajada

«¿¡Pero tío, qué haces por aquí!?», exclama un individuo al tiempo que frena el coche junto a la acera. Jorge Martí, voz y guitarra de La Habitación Roja, se acerca a saludar. «Ahora nos vamos, pero la semana que viene sí que estaré...», le recuerda. En L´Eliana, cuna de la banda, no es tan fácil encontrar ya a sus miembros por la calle. El propio Martí vive en Noruega con su pareja y lleva apenas un par de días en la ciudad, aunque la gira que empiezan hoy en el festival Contemporánea en Badajoz, le varará unos meses en este pedazo de tierra. Mañana ya habrán regresado a Valencia para tocar en el Festival de les Arts. La hora es buena (22.15), aunque a parte del público le hará elegir entre el pop y Messi durante un cuarto de hora.

El resto del grupo „Pau Roca, guitarra; Marc Greenwood, bajo; José Marco, batería; y Jordi Sapena, guitarras y teclado„ reposa mansa en el interior del local de ensayo, en un centro municipal de L´Eliana. Un vinilo enmarcado junto a la puerta y un póster de ellos mismos en el interior recuerda que en ese cubículo se conjura el grupo más reconocido y reconocible del pop independiente en nuestro territorio. Son ya veinte años. «No hay muchos grupos que hayan durado, pero yo no me veo viejo. Hemos vivido al día en todos los aspectos. Con el cuarto disco nos dijimos que nos olvidaríamos de lo que dijera la gente y sencillamente haríamos canciones y conciertos: eso nos ha traído hasta aquí», resume Martí. De hecho, subraya el cantante, la trayectoria sostenida del grupo se plasma en la repertorio de los conciertos que celebran este vigésimo aniversario, donde rescatan un tema de cada disco en orden cronológico «y el concierto va in crescendo, tienen más protagonismos los últimos trabajos. Otros grupos explotan antes y se quedan en esos primeros discos...».

„No somos The Strokes„ ilustra Roca.

De alguna manera se ven reflejados en bandas como REM, de éxito a fuego lento, «aunque ellos ya eran millonarios al tercer disco», apunta Martí. «Pero me refiero a que grupos como REM o Wilco han podido tener recorrido, en un tiempo en que hay bandas que ya estallan con el primer disco y a otras ni siquiera les da tiempo a desarrollar su carrera». Quizás, como apuntan, el único secreto para ello haya sido resistirse a las tendencias. «Hemos visto grupos lanzarse a varias modas, proclamar que el rock había muerto y que luego había regresado; nosotros siempre hemos ido a nuestro rollo, nunca hemos hecho un disco de drum and bass», incide Martí. Esa vocación de vivir al margen puede que tenga que ver con el hecho de que ya nacieron en un ambiente hostil para su pop melódico, con el cadáver del grunge caliente y el rock callejero inundando las salas de ensayos.

„En el pueblo os llamaban La Habitación Rosa.

„No era en el pueblo „intercepta Marco„ fue en un festival por aquí; alguien nos lo escribió en el camerino. En aquellos años llegaron a decir que éramos los Pecos.

«En los locales de ensayo todo era Soziedad Alkohólika o Extremoduro, y nosotros de repente sacábamos una guitarra acústica», rememora Martí. También recuerdan que en algún festival ni siquiera los técnicos sabían muy bien a qué diantres quería sonar aquel grupo que bebía de The Smiths o Teenage Fanclub. «Yo en mi barrio era una isla», rompe Marc Greenwood, que había guardado silencio hasta el momento. Vivía en La Torre, lo que le convierte «en una isla dentro de otra isla», señala Martí. Ahora un buen puñado de grupos de la escena independiente reivindican la herencia de La Habitación Roja o Los Planetas, supervivientes de aquel pop alternativo de los noventa. «El que resiste gana», zanja Martí evocando a Cela.

Mañana volverán a un festival, el ecosistema donde ha crecido la banda, y al punto de partida, Valencia. «Aunque no es esta una ciudad que se sienta muy orgullosa de que seas de aquí, como pasa en Zaragoza, donde no te puedes meter con Héroes del Silencio aunque no les guste. Aquí falta un poco de amor propio», interviene Roca.

„¿Crees?

„No lo creo, lo sé „abunda„. El otro día estaba pinchando en un local, se me acercó un chaval y me dijo: «Llevo un montón de tiempo metiéndome con vosotros y con Polock porque os veo ahí en las revistas y me acabo de dar cuenta de que sois unos tíos majos y que soy gilipollas». Aunque luego aquí tenemos un público muy fiel.

Esta última afirmación recuerda que mañana La Habitación Roja juega en casa. «Siempre reivindicamos Valencia», aporta Martí, «y estamos hasta los huevos de que cuando vayamos por ahí nos recuerden que si la corrupción, que si el caloret. Para nosotros esta es una ciudad genial».

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