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Para saber de la nueva política

Germán Cano, profesor de Filosofía en la Universidad de Alcalá, miembro del Consejo de Cultura de Podemos, desgrana los principios analíticos de los nuevos movimientos políticos que se oponen al llamado «régimen neoliberal»

Para saber de la nueva política

Llama, sin duda, la atención la oferta creciente, en nuestro mundo editorial, de obras dedicadas al análisis del presente, de nuestro difícil y cada vez menos transparente presente y de las transformaciones que han llevado -y están llevando- a él. A ellas se une con luz propia la que hoy publica Germán Cano, que destaca por su rara combinación de rigor y pasión. El título que hoy nos ocupa se une, pues, a un conjunto -creciente- de obras elaboradas desde ópticas y métodos distintos, próximos en unos casos al modo de hacer de las ciencias sociales y en otros, fieles a las exigencias formales bien del ensayo culto, bien de un periodismo crítico e inteligente, pero que tienden a autoconcebirse como herramientas para orientarse en el actual laberinto. Con ello ha pasado a un primer plano el análisis de las conmociones sociales y de las nuevas fracturas a que están teniendo que hacer frente, no sin una explicable perplejidad, los protagonistas de nuestro tiempo, que se ven afectados por el derrumbe de los conceptos y sentimientos desde los que organizaban, hasta hace bien poco, su vida social, material y emocional en un aparentemente bien ordenado y garantizado horizonte de seguridad. Un horizonte hoy pulverizado en el que no les resulta ya posible encontrar «formas expresivas de sociabilidad». O lo que es igual, «un horizonte común de sentido».

Va de suyo que en plena corrosión generalizada del carácter, el ideal de un yo autónomo, autotransparente y coherente queda muy lejos. Convendría, de todos modos, no olvidar que, como nuestro autor razona, este fenómeno podría, o tal vez debería, considerarse a otra luz. A la luz de la lenta pero, según parece, imparable demolición del «estado de bienestar», creado tras la Segunda Guerra Mundial, y sus prestaciones. Desde el ángulo, dicho de otro modo, de lo que alguien ha llamado recientemente «el final de la normalidad». Un final en el que parece haber ido tomando cuerpo, tras la caída del mito de un gran sujeto protagonista de la emancipación y en un clima de desafección generalizada, un sujeto alternativo, hijo del «devenir-empresa» del mundo a que asistimos: el «emprendedor». Un empresario de sí mismo que se mueve en un marco «en el que la servidumbre laboral ya no se presenta solo como explotación y alienación por la pérdida del objeto producido, como opacidad social o como dominación política de clase, sino como identificación personal con la empresa o como encarnación compulsiva de ella en tanto que marca de distinción, esta hipertrofia del yo se ve forzada a difuminar o tachar como inseparable menoscabo todo vínculo colectivo, toda gramática de lo común y, por ello, toda articulación política de tipo colectivo».

A los rasgos del presente a cuya sutil radiografía procede Cano se uniría la necesidad de una severa autocrítica por parte de los presupuestos más maximalistas de la «concepción heredada» del esquema rígido de las clases a la visión mecanicista de la historia. Lo que no quiere en modo alguno decir que no quede ya otra opción que vivir bajo el signo de la derrota. Todo lo contrario: «no existe posibilidad», razona programáticamente Cano siguiendo a Gramsci, «de construir una fuerza hegemónica si no empezamos de nuevo a explorar gramáticas políticas que, desde abajo, articule todas esas fuerzas enflaquecidas y a la vez interesadamente despreciadas y silenciadas bajo el dominio del régimen neoliberal».

Desde estos supuestos y en este contexto teórico se mueve la cauta reconstrucción que ofrece Cano, en la consumación de este volumen, de ese «lugar inédito» situado en las antípodas del paralizador resentimiento antípolítico que vendría hoy a representar Podemos, heredero, con su propuesta de una radicalización de la democracia y el consiguiente «empoderamiento» de los ciudadanos, del l5 M, movimiento al que no deja de dedicar también una páginas esclarecedoras.

Es posible que algunos encuentren esta obra demasiado centrada en los aspectos «subjetivos» de su vasto tema. A otros no dejará de parecerles en exceso hagiográfica. Pero no sería fácil negar que ha conseguido arrojar una luz valiosa -y apasionada- sobre «lo que nos pasa», por decirlo con Ortega, más allá de las casillas preestablecidas de la discusión convencional.

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