Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pokémon estival

Este verano me he topado con los buscadores de pokémons, una nueva especie biológica de la que no tenía noticia y que me parece fascinante. Ya sé que este fenómeno no nace en el verano de 2016, solo digo que no me había enterado hasta ahora. Con esto pasa como con cualquier otro bicho. Estás tan feliz, pensando que en el pueblo solo te pueden picar los tábanos o las avispas, y de repente, zas, va la mosca negra o, lo que es peor, el mosquito tigre y te atiza un zika de los de no te menees. Pues con los adictos al Pokemon Go lo mismo. España se ha llenado de gente a la caza y captura de unos monicacos virtuales bastante blandengues que han inventado los japoneses: hay que captarlos con el móvil, están repartidos por todo el mundo y en el sitio más insospechado te puedes hacer con uno de los ejemplares raritos para completar la colección. El primer ciudadano que ha conseguido la serie completa es un joven veinteañero español. Se ve que nuestra vieja costumbre escolar de perder el tiempo en actividades inútiles sigue tan vigente como cuando coleccionábamos cromos en la niñez, solo que ahora es también cosa de adultos. Claro que los adultos tenemos la ventaja de que a todos estos entretenimientos los llamamos cultura y así quedamos legitimados: Pokemon go y las terrazas de verano en las que trasegamos una caña tras otra y los cascos que te atontan con música estridente y las tardes en el hiper mientras la tarjeta de crédito echa humo, etc, han pasado a considerarse cultura. Todo menos leer, no vaya a ser que pillemos algo malo. Con razón se quejan los críos a los que les regañamos por perder el tiempo con el dichoso Pokémon: ¿acaso hacemos los adultos algo mejor?

En nuestro descargo diré que también los mayores tenemos ejemplos en los que inspirarnos porque nuestros amados líderes están practicando igualmente este verano el Pokemon Go a tope, así que, si a ellos les parece serio€ ¿De verdad se han creído ese cuento de que nuestros políticos están buscando pareja de baile para formar gobierno? ¡Venga ya! Si ni siquiera llevan el uniforme. Hace unos días apareció una foto impagable de Rajoy en la Moncloa, sin corbata y como si viniese de regar pepinos, recibiendo a Rivera: a otro perro con ese hueso de que estaban buscando una respuesta a las famosas seis exigencias regeneracionistas de C´s, más bien tenían cara de estar tras la pista de Pikachu, Charizard, Venusaur, Blastoise y demás pokémons. Bien mirado, si los lograsen encontrar a todos, teníamos gobierno estable para rato. Hay 151 pokémons, lo que sumado a los 137 parlamentarios virtuales del PP, hace 288 diputados, una pasada. Pero también le salen las cuentas al PSOE (85+151=236), a Podemos (71+151=222) y hasta al partido bisagra C´s (32+151=183): todos ellos podrían formar gobierno con los pokémons, pues basta con 176 diputados. Los únicos que no llegan ni con pokémons son los de Junts pel sí (17+151=168), aunque por los pelos.

¿A que mis lectores se han estado aburriendo este verano como ostras, tumbados en la playa con todo el calorazo o sudando la gota gorda en las cuestas de alguna montaña? Pues ya saben, déjense de tonterías y el verano que viene a encontrar los pokémons que nos faltan. Sería un verano diferente y además harían algo por la patria, que buena falta le hace. La que sea: lo bueno de estos pokémons es que sirven lo mismo para un cosido que para un bordado, así que en vista de que al procés no le salen las cuentas y de que con los compañeros de viaje anarquistas no hay manera, a lo mejor habría que poner a Picachu y a sus coleguis a trabajar. Ya se han dado los primeros pasos: esta Diada lo más destacado no es la tradicional manifestación monstruo con camisetas y banderas, sino varios actos esparcidos por aquí y por allá en busca de pokémons. Lo que importa es que el entusiasmo no decaiga y que los unos y los otros acierten con el precio justo de la combinación que les interesa: ¡A jugar!

Compartir el artículo

stats