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Historia de nuestros cómics

En los albores de la llamada «línea clara» como exponente de contracultura y modernidad del cómic estuvieron algunos de nuestros creadores. Hablamos de cómics con denominación de origen valenciana que pueden verse en el IVAM.

Historia de nuestros cómics

Según Hergé, célebre creador de Las aventuras de Tintín, el término «línea clara», del francés ligne claire, no es solo un estilo gráfico, sino que también hace referencia al guión, de manera que todos los elementos del cómic contribuyan a lograr la comprensión de la historia. La delimitación de las figuras mediante una línea continua y depurada es esencial, también el desarrollo de aventuras de todo tipo en un entorno realista contrastado con los personajes que pueden ser más o menos rocambolescos; digamos que estos serían sus ragos característicos y en los albores de la línea clara como exponente de contracultura y modernidad estuvieron algunos de nuestros creadores. Hablamos de cómics con denominación de origen valenciana que hasta el 2 de octubre pueden conocerse o rememorarse visitando la Galería 7 en la segunda planta del Institut Valencià d´Art Modern (IVAM).

La exposición, comisariada por Álvaro Pons en el IVAM ofrece una selección de obras a fin de mostrar la diversidad estética y temática que abarcaron algunos de los autores de cómic valencianos más conocidos en los comienzos de dicho género, desde el mundo del fanzine y la autoedición hasta el tebeo, dejando al margen la novela gráfica tal vez porque ésta es más reciente y la exposición se centra en reseñar brevemente lo que ocurriera entre las creaciones que van desde los años 40 a los 90, siendo ya un dilatado recorrido.

Capitán Trueno (un caballero español de la Edad Media en tiempos de la Tercera Cruzada), El Guerrero del Antifaz (inspirado en la novela de los años treinta Los cien caballeros de Isabel la Católica) y Pumby (un aventurero gato negro con hocico blanco de grandes ojos y orejas puntiagudas) son probablemente los tres cómics más populares de mediados del siglo xx con origen valenciano. De hecho, excepto el primero, que editó Bruguera, los otros dos surgen gracias a Editorial Valenciana, fundada por Juan Bautista Puerto en 1932 y que en los 50 se convirtió en la primera productora local de tebeos con proyección nacional.

Mediante un montaje expositivo de corte archivístico un tanto monótono aunque colorido, la muestra ofrece espacios fragmentados con paneles a modo de stands cada uno dedicado a un autor. El acceso está presidido por un texto introductorio sobre la pared a la izquierda y de frente encontramos parte de una divertida falla indultada en 1987 Els Dalton de Marxalenes, falla Plaça de l´Ajuntament, autores: Sento Llobell (dibujante), Manolo Martín (artesano) y Francis Montesinos (modisto) con los Hermanos Dalton, personajes de la serie de historietas Lucky Luke creada en 1946 por el dibujante Morris, como macarras punkies en clave de comedia.

En Valencia hubo una notable tradición de cómic después de la Posguerra. Páginas del cómic Coágulos y sanguijuelas (1969) por Equipo Realidad ocupan la primera pared y al adentrarnos vemos secciones rotuladas con nombres como Mariscal, Miquel Beltrán y Micharmut (heterónimo de Juan Enrique Bosch) con proyecciones y bibliografía al fondo. Curiosos bocetos de Sento Llobell en una vitrina o todo un mural con las portadas de Cartelera Turia en 1983 reproducidas a tamaño póster llaman la atención del espectador antes de focalizarla en figuras como la del alicantino Miguel Calatayud, pionero catalizador para toda una generación de ilustradores e historietistas. Como ilustrador ha recibido los premios más prestigiosos del sector y no podía faltar aquí, representado como autor independiente precursor de la llamada «Nueva Escuela Valenciana», a la que se adscriben prácticamente todos los autores de la Comunitat Valenciana presentes en la muestra, corriente surgida en los años 80 del siglo pasado en contraposición a la Escuela Valenciana Clásica de los años 40 a 70.

La novela gráfica, género relativamente nuevo cuya definición o acotación conlleva bastante controversia y ha sido discutida por muchos expertos, tiende más al formato libro, no es un cómic tal cual si no que se encuentra en un paso intermedio entre el cómic y la literatura. Probablemente daría para otra muestra dedicada en exclusiva a arrojar luz sobre ello, en cualquier caso se echa de menos en la exposición ya que en la actualidad contamos con reconocidos autores de la Comunitat Valenciana, artistas e ilustradores inmersos en novela gráfica como la alcoyana Rosana Antolí con Pareidolia (Edicions de Ponent, 2014) o Laura Pérez y Pablo Monforte, premiados con el IX Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic por Naúfragos, obra que será publicada en noviembre de 2016. A pesar de las ausencias, la ilustración valenciana tiene mucho futuro.

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