Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mentes cautivas

Santiago Alba Rico (Madrid, 1960), es un poliédrico ensayista. Traductor del árabe, guionista de programas infantiles para televisión, antropólogo polemista y a través de sus posiciones postmarxistas vinculado a Podemos, ha publicado en torno a una veintena de libros de alto contenido crítico. Su último ensayo es un viaje por los mitos y leyendas del pensamiento occidental que han aprisionado la conciencia del cuerpo humano y que, en su opinión debe ser liberado de su idealismo.

Mentes cautivas

Una endiablada dialéctica, que nos habla de vías de escape, toma cuerpo en este nuevo trabajo del filósofo Santiago Alba Rico,(Madrid, 1960); un hombre que reside en el Magreb, y desde la lucidez que genera la distancia, despliega su pirotecnia ensayística con poderío. Un relato que ayuda a pensarnos en el mundo, podría ser de autoayuda bibliográfica, dada su feracidad en referencias y citas.

Obra sutilmente tramada en sucesión de meandros; bucles reflexivos, que entran a todos los trapos, pero que en esencia buscan cierta clarificación mental. Contra corsés, prejuicios e ideas falsas. En la estela de un estilo que evita lugares comunes, huye del academicismo y de cualquier farragosa teología y pensamiento puro, para acercarse al lector corriente, sin pedanterías.

Ser o no ser (un cuerpo), brilla con luz propia como repertorio ingenioso de originales enfoques. Como mirar las cosas con lentes nuevos. Y el autor no inventa anteojeras, sino que nos hace ver de nuevo, lo que hemos estando mirando siempre.

Adentrándose con cautela, sin prisas, por las páginas de este libro, el lector sediento de conocimientos saltará de una sorpresa a otra. La virtud de este relato/reflexión -frente a ese parloteo de loros ideologizados a que nos acostumbran los media- es el novísimo enfoque para los viejos temas; no tanto, que también, los contenidos, sino el cómo se cuentan.

Alba despliega erudición y narra con ritmo. Es un juego de espejos en el que van a desfilar autores y autoras decisivos en la cultura de todos los tiempos, y el filósofo va a tejer con ellos una cesta, con mimbres que van de Linneo a George Bataille; y meterá dentro un jardín de sugerencias, un saco de ideas.

Y todo con la excusa del cuerpo y su materialidad. «Recuperar el cuerpo como depósito del tiempo narrativo, como prisión y fuga narrativa, constituye, a mi juicio, la condición de toda eventual emancipación. Se trata de un combate a un tiempo estético, económico y político».

«Nombrar el cuerpo es apropiarse de él», escribe. Y a través de ese objeto de deseo tan olvidado, Alba se lanza a unas reflexiones siderales en las que combina mitología, fábulas, parábolas y metáforas, para hacerse entender con hermosos y entretenidos ejemplos, como los viejos contadores de historias extraordinarias. Es también un relato visual. «La ciencia hace taxonomías y los cuentos las deshacen».

Y, ya desde el principio, el ensayista toma posiciones radicales: «Los mitos de la creación intentan, sí, separar y diferenciar las criaturas entre sí, frente al magma informe originario, y distingue también a los otros animales del ser humano; los mitos de metamorfosis, al revés, emborronan las diferencias, mezclan a todas las criaturas en un fondo fangoso y cuestionan la frontera entre humanos, animales y vegetales».

Un juego de contrastes y contradicciones, que lleva al lector por senderos que le permitirán sacar sus propias conclusiones. Y, de rondón, una ofensiva dialéctica contra el pensamiento reaccionario, auténtico Frankenstein moderno.

«El hombre desnudo, el hombre sin atributos, el hombre sin nombre propio, protegido sólo por los Derechos Humanos, se convierte en carne de matadero».

El viaje intelectual en busca de la verdad del cuerpo, tiene picos de gran interés, como cuando se aborda de manera original el remoto mito del nudo gordiano, que solventó Alejandro Magno en Asia de un tajo. Como es sabido, el rey Gordias había tejido un nudo difícil de deshacer, cuando llegó el guerrero Alejandro, lo cortó de un tajo de su espada y luego asoló el reino. Es una metáfora sorprendente que enfrenta a los tejedores (del nudo) con los tajadores (de la espada). La barbarie triunfa frente al talento.

«Frente al nudo gordiano, la impaciencia guerrera y masculina de Alejandro, hizo lo más rápido y lo más fácil. ¡Velocidad! ¡Velocidad! De un tajo solucionó el problema; es decir, lo negó. Tajos para los nudos, fuego para los bosques, dinamita para las montañas, balas para los hombres. El «nudo gordiano» es un concentrado y emblema de la antropología humana».

En otros capítulos, el autor utiliza los cuentos chinos que dan luz para iluminar conciencias: «Hay ciertas cosas sobre las que ya no podemos engañarnos. No somos hijos de nuestros padres, sino hijos de nuestra época». No es extraño que los ensayos de Alba estén considerados levadura para los nuevos revolucionarios nacidos del 15 M y devenidos partido político anti sistema. Este pensador viene dando instrumentos dialécticos nuevos para el combate entre dos universos.

Un sinfín de autores y obras desfilan por el libro como invitados a una función única y exclusiva: Protágoras, Kafka, Jay Gould, Brueghel el Viejo, Proust, Lacan, Althusser, Hobsbawm, Virilo, Benjamin, Gramsci, Calvino, Roth, Bachelard, Gogol... Todos ellos se acoplan como un guante al desafiante guión de un filósofo a contracorriente.

Compartir el artículo

stats