Primera exposición individual en València de un fotógrafo que cuenta con una dilatada y prestigiosa trayectoria internacional. Paul Graham (Reino Unido, 1956) está considerado un referente obligado de la fotografía documental británica. Ahora bien, su documentalismo se aleja de aquellas estrategias basadas en la fijación selectiva de ese instante capaz de inmortalizar una imagen y obedece a una profunda reflexión sobre las extensiones simbólicas aparejadas a las propiedades técnicas de la fotografía. Esta muestra es una magnífica oportunidad para constatar algo que constituyendo la esencia del lenguaje poético, a saber: que el «qué» (se dice, se escribe, se fotografía€) es inseparable del «cómo» (se dice, se escribe, se fotografía€). Frente a esa corriente imperante que antepone el decir al hacer, el artista sabe que ha de ser su propio hacer el que diga y exprese.
El título de la muestra, una compleja referencia a la obra Moby Dick de Hermann Melville, supone toda una declaración de intenciones sobre la terrible dualidad de aquello que permite la visión, y por extensión, nuestra propia existencia. Esa misma blancura asociada a la luz (principio de la vida y del conocimiento), puede asociarse igualmente a la muerte y a la ceguera. Esa luz que puede revelarlo todo fotográficamente, se ve confrontada y tensada espacial y temporalmente en cada una de estas tres serie que conforman La blancura de la ballena ambiciosa trilogía inicialmente no planificada como tal, que constituye un poderoso cruce de miradas, de puntos de vista, de ideologías, sobre la nación norteamericana. Es esa dialéctica visual extrema la que sostiene las profundas desigualdades sociales y raciales sobre las que también se asienta la primera potencia mundial.
Cabe señalar que estos tres proyectos, como la práctica totalidad de su trabajo, están concebidos como libros visuales que pueden y deben verse y leerse en su continuidad alterna y diálogo constante. Relación entre las partes y el todo que adquiere otra dimensión cuando las obras se exponen en un espacio ad hoc mediante el cuidadísimo montaje pensado y supervisado por el propio artista. Una y otra vez, Paul Graham insiste en subvertir la lógica aislada y endógena de la imagen circunscrita a sus márgenes físicos.
En American Night, el espectador se verá sorprendido por el llamativo contraste entre obras de colores muy vivos, con algún elemento cromáticamente muy saturado, y otras fotografías prácticamente blancas que solo mediante la aproximación y la observación adecuadas mostrarán unas escenas mucho menos edificantes que las anteriores. El poder avasallador del blanco, es una eficaz metáfora de la desigualdad y de la capacidad del ser humano para dejar de ver aquello que no quiere ver. La apertura del diafragma es el elemento técnico que define la singular poética -hacer creativo- de esta serie.
En a shimmer of possibility (un destello de posibilidad), el control del tiempo que posibilita el obturador de la cámara, la relación de escenas cotidianas y detalles aparentemente insignificantes adquieren mediante su secuencializacion y disposición poderosos efectos de sentido que se refuerzan notablemente mediante la combinación de parejas de series que multiplican y complejizan una lectura que huye de la linealidad de la escritura. El tiempo se hace co-protagonista y los títulos todavía geográficos (nombres de ciudades) evidencian una dimensión claramente temporal.
En The present, Graham prosigue con esa tradición tan americana del fotógrafo callejero, pero de nuevo lo hace a su modo y manera, a su imagen y semejanza, recurriendo al enfoque para centrar la nitidez del personaje fugazmente central y, en consecuencia, captar la atención variable del espectador. Mediante secuencias esta vez muy cortas, 2 ó 3 imágenes a lo sumo, modula el constante flujo de las calles de la gran ciudad, mostrando la disparidad de vivencias que detona un cambio de enfoque en apenas décimas de segundo.
