Las estructuras bajo las que se edifica lo cotidiano, sus reglas y códigos son objeto de disección en la obra de la artista peruana Andrea Canepa. Este examen se refleja en piezas como Untitled (Flags) de 2014, donde la artista toma las banderas latinoamericanas para posteriormente clasificarlas y ensamblarlas en seis bloques de color diferenciado. Con este quehacer deconstructivo consigue que estas se relacionen entre sí de un modo inusual, mostrándose ante nosotros con una apariencia irreconocible.
En A reliable kind of uncertainty, el ajedrez, el backgammon o el twister se congregan con las formas elementales del círculo, el cuadrado o el triángulo sobre una misma superficie. En esta, la artista ha introducido diligentemente un patrón que invalida la reglas originales del juego para instaurar las propias.
Este tipo de proyectos prefiguran algunos aspectos como el color y la geometría, o el movimiento y el juego que poco a poco se han convertido en rasgos distintivos de la producción de Canepa y que en Margen de juego, su última exposición, descubren un extenso recorrido.
En la muestra nos hallamos ante un proyecto que analiza y se desarrolla a partir de las alianzas entre educación y arte. Los sistemas educativos se expresan como objetos artísticos desde la atractiva miscelánea de colores y formas que inducen al juego, un juego no exento de reglas.
En Anschauung nos encontramos con bloques de madera lacados en distintos colores que nos transportan al jardín de infancia de Friedrich Froebel. Estos bloques son a su vez objeto artístico y dispositivo de una acción lúdica que, o bien ha sido dispuesta para que comience en cualquier momento, o que quizá sucedió en otro tiempo. Al fondo, la proyección de diapositivas de tipo ilustrativo y origen didáctico nos traslada cierta distancia. Dicha instrucción nos indica que nos encontramos ante un caso de estudio, quizá un prototipo.
Tres paneles se despliegan apuntando en esa misma dirección, la de un conocimiento encriptado, encerrado en sí mismo, solo accesible para el iniciado. Se diría que se trata de un saber que desea confundir al neófito o exceder su comprensión, haciendo que este incurra en el atractivo de las formas que incitan a explorar sobre su significado. Una cita de Kandisky analizada de acuerdo con los símbolos de la gramática de Montessori que apunta al sentido de la forma, u otra de Klee que desde su recodificación incide en la potencia del color subyacen en la propia forma y color de dichos estandartes. Se diría que nos encontramos ante un sistema que impone sus reglas, sus límites y cuyo conocimiento se pliega y despliega requiriendo del espectador una profunda inmersión en su seductora opacidad.
En la última sala de la galería el vídeo Until it lives in the muscle toma el espacio excediendo su propio formato. Las geometrías salen a nuestro paso como eco de las plataformas donde se desarrolla la acción. Una danza que se improvisa sin desatender la invisible kinesfera, ideada por Rudolf Laban, a partir de la que los bailarines trazan su movimiento en el espacio siguiendo un riguroso sistema de anotación. Y así, otra vez más, Andrea Canepa nos introduce en la mecánica del juego.
