A Peter Lim no se le borró ayer ni un instante la sonrisa de la boca. Desde que aterrizó en Manises, al nuevo propietario del Valencia, los acontecimientos le hicieron reafirmarse aún más en haber invertido en el Valencia. El cariño que le profesa la afición, en su primer día en la ciudad, parece no tener límite. Y desde su círculo aseguran que, «ni soñando», se imaginaba el asiático que la afición lo idolatraba tanto. Cuentan que salió de Mestalla impresionado y que anunció que pronto volverá. Porque, sentado en la silla presidencial del palco entre Sepulcre y Salvo, Lim se sintió como un dios. La afición, con sus cánticos lo dejó boquiabierto mientras que con la goleada de «su» equipo disfrutó de lo lindo.

El baño de masas, a su llegada al campo tras una jornada plagada de actos privados, fue mayúscula. El nuevo dueño del club, para el que se activó un protocolo similar al de un jefe de estado, apareció en la avenida de Suecia minutos después de las siete de la tarde. Lo hizo en un vehículo de alta gama acompañado de su mujer. Previamente había llegado al campo Amadeo Salvo „al que la afición pidió que continuara en el cargo de presidente„ junto a Lay Hoon, Kim Koh y varios representantes de Meriton. Miles de personas abarrotaban la calle para vitorear al empresario y agradecerle el haber invertido en el club.

Lim, al que recibió en la puerta cero Amadeo Salvo, no daba crédito a tanta expectación y por ello pidió al presidente subir al balcón „desde el punto en el que se celebran los títulos„ para saludar a la afición. Su mirada vidriosa revelaba que estaba impresionado. De ahí, tras saludar a Rufete y a varios ejecutivos, Lim se acomodó en su butaca mientras prácticamente todo el estadio lo observaba. Desde ahí, compartiendo valoraciones con Salvo „conversaban en ingles„, descansó y disfrutó de la goleada. Y empezó a asimilar todo lo vivido en Valencia. Porque, desde el primer minuto, el empresario comprobó el cariño que se le profesa. Desde el aeropuerto, donde llegó pasadas las diez de la mañana en un vuelo privado que procedía de una ciudad europea, la comitiva se dirigió al nuevo estadio dónde el nuevo dueño, durante más de una hora, visitó las obras. Lim quiere que el campo esté inaugurado antes del centenario y así lo hizo saber. De allí, y en dos furgonetas de alta gama, la comitiva se trasladó al hotel Valencia Palace para, durante cerca de dos horas, conocer al equipo y compartir charla con futbolistas y cuerpo técnico „dicen que fue muy cariñoso con Nuno„. No estaba previsto pero le invitaron y comió con el grupo.

El singapurés, acompañado en todo momento de Lay Hoon y Amadeo Salvo, entre otras personas, se desplazó a Mestalla para realizar una visita por las entrañas del estadio. Un campo que, dicen, impactó al asiático por su coquetería. Tras ello, y en un hotel cercano al campo, el asiático descansó y se preparó para la ilusionante tarde-noche que le esperaba. Y fue perfecta.