Pako Ayestarán se agarra al único argumento tangible, la satisfacción por el trabajo realizado, para aislarse del dilatado debate sobre su continuidad en el banquillo del Valencia. El técnico es consciente de que el paso de las horas juega contra sus opciones de seguir en el club. Una realidad que afronta «desde la normalidad» y la convicción del esfuerzo dedicado. Una manera de decir que todo lo que debía poner de su parte para convencer a Peter Lim, lo ha hecho. «Cogí el proyecto con normalidad, el club fue a buscarme a mí como asistente; no llamé yo a la puerta. El Valencia consideró que yo era la opción en una situación difícil y tengo contrato hasta el 30 de mayo. El club, con lo que ha visto, decidirá si seré yo el entrenador o no. Es tan sencillo que me lo tomo con calma y satisfecho con el trabajo que he hecho en circunstancias no fáciles, estoy con la conciencia tranquila del deber cumplido».

Fiel a ese mensaje, el de aferrarse a los hechos, el técnico donostiarra no es partidario de fiarse de intuiciones para adivinar por dónde va a decantarse su futuro: «El club ha emplazado a final de temporada para la decisión, yo soy una de las opciones y es lo que deben decidir y en unos días se sabrá si soy yo o no. Ala percepción al final no sirve de mucho, el club lo que debe tener es percepción de que Pako Ayestaran puede dar algo al Valencia y decidir en consonancia. No me harto, la situación hay que tomarla como es, sobre todo porque tengo mucha seguridad en mí mismo, a partir de ahí lo que tengo que ser será».

A Ayestarán se le insistió si cree que ha sumado los suficientes méritos para seguir un año más en el Valencia. El técnico recordó su «eterna insatisfacción» pero valoró el rendimiento obtenido en los siete partidos dirigidos: «Creo que muchas cosas podíamos haber mejorado todos, seguro, pero en general dadas las circunstancias estoy satisfecho. Eso no es darme una nota de 5, pero sí estoy satisfecho».

En contra de los «pistoletazos»

Por otro lado, Ayestarán descartó que el viaje a Singapur, en el que integrará la comitiva del club, sea una señal a su favor: «Yo soy el entrenador hasta el 30 de mayo. Por lo tanto, tiene que haber un técnico para representar al club y, lógicamente, hasta el 30 de mayo ése soy yo». Ayestarán reflexionó en voz alta, sin aludir al Valencia y en base a experiencias pasadas, sobre cómo debe plantearse un proyecto deportivo: «Cuando empiezas a pegar pistoletazos a un lado y al otro, es que el proyecto de club no está claro». Por último, se mostró categórico para descartar que una posible renovación sea «un premio»: «No es un premio. Que no me van a hacer un contrato si consideran que no soy el entrenador o no puedo hacerlo bien. Si lo consideran es porque he demostrado algo o porque han visto algo y, si no, pues no lo habrán visto».