En medio de la resignación que dejó una nueva derrota frente al Getafe, Rodrigo Moreno volvió a demostrarse como la gran certeza de este Valencia. El delantero hispano-brasileño, que acabó como capitán tras la expulsión de Parejo, tardó nueve minutos en dar la razón a Marcelino con un gol de bandera. Control de espaldas y giro rápido para conectar un zurdazo al palo largo, lejos del alcance de GuaitaGuaita.

Rodrigo empezó la tarde recibiendo el galardón al mejor jugador de la Liga en el mes de marzo, que para sorpresa suya recibió de manos de su querido «tío» Mazinho. Vestido con el chándal de suplente, el atacante internacional agradeció el premio y recibió el aplauso de una grada de la que ha ganado, no solo la unanimidad, sino también la devoción. Mazinho fue un futbolista que encandiló a Mestalla. Fichado por Paco Roig cuando el centrocampista brasileño despuntó en el Mundial de Estados Unidos 1994, jugó de titular la final junto a Mauro Silva en un gran doble pivote, llegó al Valencia por expreso deseo de Carlos Alberto Parreira. En el club de Mestalla hizo una buena labor, su trabajo de fajador en la media fue descomunal. Pero con Luis Aragonés cometió un par de errores en un partido decisivo que se jugó en Tenerife y que impidió, quizás, al Valencia ser campeón de Liga.

El gol fue una metáfora de la importancia de Rodrigo para el equipo, pero su influencia en el proyecto de Marcelino no se limita únicamente a un estricta cuestión estadística de puntería. Rodrigo se ha convertido en un líder cuya voz tiene peso en el vestuario pero también aúna la representatividad del club de cara al exterior. Siempre analítico, humilde y autocrítico, su ausencia sería muy difícil de sustituir por todos los intangibles extrafutbolísticos que aporta.

No obstante, las ofertas que está recibiendo el Valenciaofreciendo el doble de lo que costró el futbolista hace cuatro años, provocarán que sea muy difícil retenerle. Rodrigo tiene una cláusula de rescisión de 120 millones de euros, cifra a la que no llegará ningún club. Se antoja pues una negociación abierta.

En esa venta puede residir la financiación de los variados fichajes (empezando por el intento de compra de Guedes) para acudir a la Liga de Campeones con ciertas expectativas. La derrota clara y merecida frente al Getafe es un mensaje claro de las limitaciones del proyecto ante el año vertiginoso del Centenario.

Rodrigo fue el primer fichaje que hizo la firma Meriton, antes de que Peter Lim se hiciera cargo del Valencia CF. El futbolista fue comprado por el magnate asiático, a intermediación de Jorge Mendes, para hacer negocio en un futuro traspaso. Pero cuando Lim se hizo con la propiedad del club de Mestalla después de adquirir el paquete accionarial, una de las primeras operaciones fue que Rodrigo pasara a ser propiedad del Valencia CF y no de Meriton. Esto, quizás, mareó mucho al delantero en sus dos primeras temporadas. Esos años, no rindió. Ahora, parece haber alcanzado ya su madurez futbolística.