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Una de las dos escaleras reconstruidas del puente medieval de la Trinidad lleva varias semanas abierta mientras la otra sigue cerrada y protegida con vallas metálicas. El concejal socialista Juan Soto llamó ayer la atención sobre esta circunstancia y se preguntó si la Concejalía de Cultura ha decidido abrir "de tapadillo" una de las escalinatas para cómo funcionan. Las escaleras desaparecidas hace más de un siglo se reconstruyeron imitando a las de época medieval, con peldaños de anchura y altura desigual. El resultado es que las escaleras son un peligro y no pasan la normativa de seguridad. La decisión del restaurador, el arquitecto Ignacio Bosch, se ha convertido en un quebradero de cabeza para el concejal de Cultura que se debate entre mantenerlas cerradas como adorno o abrirlas y confiar en que no haya accidentes. Bosch reconoció en un reciente informe que las escaleras no tendrán un uso normal y que estudian como hacérselo entender al usuario.

La reconstrucción de elementos desaparecidos en los puentes de Trinidad y de Serranos ha estado rodeada de polémica. El restaurador ha rehecho los arrimaderos y la bajada de carruajes de Serranos y las dos escaleras de la Trinidad. Bosch se basó en varios grabados históricos que dejan constancia de los elementos perdidos. Sin embargo, hay algunas partes desaparecidas que se le han pasado por alto al restaurador. Se trata de las bolas de piedra de estilo herreriano que coronaban el pretil del puente de la Trinidad. Así lo recogen dos grabados de 1784 y 1785 incluidos en el libro editado por el ayuntamiento "Valencia en el Grabado" de Miguel Angel Catalá.