Las viejas naves industriales de la compañía Cross pasaron ayer a ser una iglesia después de que el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, se encargara de bendecir el templo dedicado a los mártires valencianos. Más de 300 fieles acudieron a la cita, muchos de ellos curiosos por comprobar la reconversión del antiguo edificio en un templo religioso.

El acto comenzó con la toma de posesión como titular de la parroquia de Vicente Ferrer Andreu. Durante la misa, que fue celebrada de manera conjunta por 50 sacerdotes, se recordó a los 274 mártires valencianos a los que va dedicado el templo. El arzobispo defendió que es necesario tomarlos como ejemplo "en estos momentos de dificultad, en los que existe una tentación en nuestra cultura y en nuestra sociedad: querer esconder a Dios".

Polémica y falta de inversión

El hecho de que la iglesia esté dedicada a los mártires valencianos, entre ellos los de la Guerra Civil, fue motivo de polémica desde que el proyecto se anunció. Los colectivos que defienden la recuperación de la memoria histórica criticaron este hecho porque supone el reconocimiento a los muertos de tan sólo uno de los dos bandos de la guerra.

El arzobispado ha intentado distanciarse de la polémica insistiendo en que el templo no está dedicado a los mártires del 36, sino a todos los mártires beatificados o canonizados a lo largo de la historia. Además, debido a la falta de financiación sólo se ha habilitado, por el momento, la zona de los tres primeros arcos del edificio, que abarcan una superficie de 400 metros cuadrados -una mínima representación de lo que supone el conjunto total del antiguo complejo industrial- y que sólo tiene capacidad para 250 feligreses. De habilitarse el espacio total de las naves, la parroquia ocupará una superficie de más de 3.000 metros cuadrados, de los que 1.500 metros corresponden a la nave central, que dará cabida a más de 845 personas sentadas.

El nuevo templo se encuentra en la zona de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, entre las calles Luis García Berlanga y Tres de abril de 1979. Es un edificio que cuenta con la protección de la Ley de Patrimonio y cuya propiedad fue cedida a la Iglesia por el Ayuntamiento de Valencia.

"Sólo podrán rendir culto a los mártires del 36"

El coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de la fundación socialista Societat i Progrés, Matías Alonso, declaró que "la Iglesia adquiere una nueva responsabilidad con la construcción de este templo" porque, según expuso, esta nueva iglesia "podría ser utilizada políticamente por aquellos que no quieren la reconciliación". Denunció que ahora la Iglesia argumenta "que el templo está dedicado a los mártires de todas las épocas, desde San Vicente hasta nuestros días" pero Alonso sostiene que "es evidente que los familiares de aquellos que crucificaron los romanos no podrán estar presentes en la inauguración, sólo podrán asistir los familiares de los mártires del 1936". Con el objetivo de denunciar el maltrato a la memoria progresista y republicana el colectivo llevará a cabo mañana un recorrido por las fosas comunes del cementerio civil de Valencia. Paralelamente el arzobispo Carlos Osoro realizará la habitual visita que organiza el ayuntamiento a las tumbas de valencianos ilustres.