«El enemigo está delante. ¡No quiero vacilación alguna!», grita el soldado a los combatientes. Hacia ellos se aproxima velozmente la caballería. El polvo que levantan los animales al galopar lo cubre todo y se hace difícil la visión. Violento cruce de espadas y los soldados recuperan su posición, a la espera de una segunda embestida. De fondo se escuchan los aplausos entusiasmados de la gente. No estamos ante la escena de una película o una obra teatral. Se trata de una de las recreaciones históricas de combates de época que se realizaron ayer en los jardines del Túria, en el marco del Museo Vivo 2011, un certamen impulsado por la Asociación Cultural de Amigos del Museo Histórico Militar de Valencia que tiene como principal objetivo divulgar la historia militar de la ciudad. Los que se perdieron ayer la exhibición aún la pueden disfrutar hoy hasta las dos de la tarde.

Legionarios romanos, tropas napoleónicas, ejércitos coloniales y tercios españoles del Siglo de Oro, entre otros, convirtieron el parque del río en un enorme campamento militar al aire libre. Los diferentes períodos representados abarcaban más de 2.500 años de historia, desde la época de los Íberos y los Romanos hasta la Edad Contemporánea, recordando todo tipo de batallas, como la guerra de Sucesión —el conflicto que dejó sin fueros a los valencianos tras la victoria de Felipe V de Borbón sobre el Archiduque Carlos de Austria— y la guerra de la Independencia, en el que la población española se enfrentó con éxito a las tropas francesas de Napoleón.

«Valencia siempre ha estado ligada al ejército», comentó Javier Planells, el presidente de la Asociación Cultural de Amigos del Museo Histórico Militar de Valencia, que recordó que la ciudad fue fundada por soldados romanos, a los que fue entregada en recompensa por su valentía. Planells explicó también que esta relación se ha prolongado hasta tiempos más recientes, poniendo como ejemplo la labor del ejército durante la gran riada de 1957. Este es el tercer año consecutivo que se celebra esta iniciativa en Valencia. El acto ha ido creciendo con los años y ayer contó con la participación de más de 110 personas, entre los que había miembros del colectivo organizador del acto y de asociaciones procedentes de otras comunidades autónomas.

Los visitantes de este «museo vivo» pudieron contemplar las armas y uniformes característicos de los diferentes soldados de cada período histórico, presenciaron maniobras militares, participaron en talleres didácticos y admiraron los vehículos militares de época que recorrieron las calles del centro de Valencia. Muchos de los que aprovecharon la soleada mañana de sábado para pasear por el antiguo cauce del Túria detuvieron su marcha para observar la exhibición y tomar fotografías. «Nos ha pillado de sorpresa, es una maravilla. Me gusta que se hagan actividades en el río», comentó Jesús, de Meliana, que disfrutaba del día con su familia.

Una de las representaciones históricas más espectaculares fue el combate ente las tropas valencianas contra las francesas, una escenificación de una batalla de la guerra de la Independencia. Entre las compañías que luchaban se encontraba, entre otras, el batallón de artillería de la Universidad de Valencia y el 7º de artillería a pie francesa. Los uniformes y el armamento que portaban estas compañías —y el resto de las que participaron en la exhibición— son cuidados al detalle. Los trajes se confeccionan a partir de las descripciones que se encuentran en libros y llevan meses de preparación. Lo mismo sucede con las armas, el cañón que se utilizó en la jornada había sido diseñado a partir de un plano que se encuentra en el Museo de los Invalidos de París y fue construido en Argentina.

Entre los colectivos que participaron en la jornada había uno especialmente curioso, la asociación madrileña «Poland First to Fight», consagrada a mantener la memoria y divulgar los hechos y sacrificios del pueblo polaco y su ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Alberto, su fundador, no tiene ninguna relación especial con este país, tan sólo le mueve el interés por su historia.

La curiosidad y la afición por esta disciplina es el nexo que une a estos colectivos. Como se suele decir, no podemos saber quienes somos sin conocer nuestro pasado.

Una asociación que reúne a «amantes de la historia»

La Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar de Valencia nació en 1997, dos años después de que el Ministerio de Defensa creara el museo, situado en la calle General Gil Dolz de Valencia, junto al Paseo de la Alameda. Según cuenta el presidente de la asociación, Javier Planells, el colectivo estaba al principio conformado por numerosos exmilitares, pero ahora reúne a todo tipo de aficionados a este campo, procedentes de la Comunidad Valenciana y otras regiones de España, que están unidos por el «amor a la historia». Los principales fines de la asociación son realizar una labor de divulgación del pasado histórico militar valenciano y

promocionar y difundir los fondos del museo. El colectivo comenzó a hacer recreaciones históricas de combates militares en 2006. Desde entonces han realizado numerosas exhibiciones que les han llevado incluso al extranjero, a países como Holanda, Inglaterra y Alemania.