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Fátima está embarazada de siete meses, y aún así, a pesar de que el médico le ha ordenado de forma tajante estar tranquila en su sofá, ella decidió pasar la primera noche de la acampada de los afectados por la hipotecas en otro sillón, mucho más viejo e incómodo, en plena calle. Ahora bien, entrada la madrugada se marchó a casa para que su marido, Vicente, le hiciera "el relevo". Y es que no piensan irse de allí hasta conseguir, como el resto de los afectados por las hipotecas que han decidido acampar en la calle Pintor Sorolla, una solución a una hipoteca a la que no pueden hacer frente.

Fátima, sin embargo, lo pasó ayer peor mientras hacía guardia. Y es que, tras la primera noche, la policía ordenó al retirada de los sofás, sillas y demás enseres que había reunido la plataforma para pasar la noche al raso de la forma más cómoda posible. Eso sí, lo único que les ha autorizado la policía es la mesa donde recogen firmas por la causa "y es porque tenemos permiso y no lo pueden evitar".