La asociación vecinal Cercle Obert ha pedido por escrito ala Dirección General de Patrimonio y al Ayuntamiento de Valencia que se conserven en su totalidad las caballerizas de la plaza de los Condes del Real, incluidas en el Bien de Interés Cultural (BIC) del Palacio de Escrivá. La entidad así lo solicita con el objetivo de «no romper la unidad del BIC y permitir la lectura, contemplación y disfrute integral del conjunto monumental en su entorno urbanístico histórico-artístico».

Como ha publicado este diario, el dueño del Palacio de Escrivà, Ramón Serra de Álzaga, propietario de una importante colección de pintura gótica, ha solicitado, al hilo de la tramitación del plan de protección de monumentos (PEP) del Centro Histórico por parte del Ayuntamiento de Valencia, la ampliación del palacio a expensas de las caballerizas, también propiedad de la familia Serra de Álzaga. La ampliación supondría el derribo de las caballerizas, una construcción poco documentada que podría ser de origen medieval. Los dueños del palacio insisten con todo en que se trata de un edificio independiente y de origen distinto del Palacio Escrivà, aunque esté anexo al mismo.

Cercle Obert solicita en su escrito a ambas instituciones que procedan a recordar a la propiedad la necesidad y obligación de iniciar de inmediato las obras de rehabilitación de la «ruinosa» casa natal de San Luis Bertrán, activando la imposición de las preceptivas multas coercitivas por haber permitido la ruina del citado edificio.

La casa de San Luis Bertrán, ubicada en la plaza del mismo nombre, es propiedad también de los Serra de Álzaga y está anexa al Palacio de Escrivà. Cercle Obert considera importante que la familia Serra de Álzaga valore la posibilidad de «instalar su destacada colección artística en la casa San Luis Bertrán, una vez rehabilitada», posibilidad que ya apuntó en su día Levante-EMV y que la propiedad, de momento, no ha barajado.

También consideran que debe estudiarse y valorarse la cesión temporal de la colección al Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia o el Museo de la Ciudad, ubicados a escasos metros en la Plaza del Arzobispo.

Cercle Obert reclama además que el Ayuntamiento de Valencia y la Dirección General de Cultura, insten «de inmediato» al legítimo propietario del Palacio de Escrivá, a poner en marcha el régimen de visitas que ordena la vigente Ley de Patrimonio Cultural Valenciano.

El artículo 32 de la citada normativa regula el régimen de visitas y establece que «los propietarios y poseedores por cualquier título de bienes inmuebles declarados de interés cultural deberán facilitar la visita pública de éstos, al menos, durante cuatro días al mes, en días y horario predeterminados, que se harán públicos con la difusión adecuada tanto en medios de comunicación como en centros de información turística y cultural». El régimen de visitas, puntualiza la normativa, «deberá garantizar debidamente el respeto al derecho a la intimidad personal y familiar».

Igualmente destaca la ley que para «bienes muebles que no estén habitualmente expuestos al público, los titulares de los mismos estarán obligados a cederlos temporalmente a exposiciones organizadas por entidades o instituciones públicas».