El Ayuntamiento de Valencia no abrirá la mano con las licencias en el Cabanyal tras el principio de acuerdo alcanzado con el Ministerio de Cultura para la adaptación del plan especial de reforma del Cabanyal. Las licencias de obras y rehabilitación de inmuebles seguirán bloqueadas como desde hace tres años. Así lo recalcó ayer el vicealcalde, Alfonso Grau, tras la comisión de Urbanismo. Hacerlo supondría, según advierte Salvem el Cabanyal, «reconocer que la orden no impedía dar licencias y que se ha actuado de forma prevaricadora para castigar el barrio».

Grau, que el miércoles sabrá si está definitivamente imputado o no en el caso Nóos, aseguró al respecto que «no hay prevaricación por ningún lado» puesto que «no hay nada escrito» ni se van a levantar las licencias. El principio de consenso con Cultura «es un acuerdo que no sustituye a la orden» ministerial de 2009 que declaró expolio el plan de la prolongación de Blasco de Ibáñez y obligaba al ayuntamiento a rehacerlo.

El ayuntamiento se ha acogido a la interpretación estricta de la citada orden, pese al informe de la Abogacía del Estado que aclaró que no se podía aplicar una suspensión general en todo el barrio. Grau quitó ayer fuerza a la interpretación del abogado del Estado y esgrimió una sentencia de un juzgado de Valencia que da la razón al consistorio. «La legalidad la marcan los jueces no los abogados del Estado», recalcó.

Grau aseguró que la orden de González-Sinde «no es un monolito inamovible por los siglos de los siglos» sino que «suspende las actuaciones hasta que se produzca una adaptación del plan a los criterios establecidos y en eso estamos trabajando». «El acuerdo es el paso previo», añadió.

El ayuntamiento convertirá ahora en un documento urbanístico de planeamiento el «boceto» que se ha presentado y dicho documento será llevado a su aprobación por el pleno municipal y, posteriormente, será trasladado al ministerio. «Será entonces cuando éste dará su opinión, que todo apunta a que será favorable; y es en ese momento cuando habrá un acuerdo del ministerio, al menos del mismo rango que la orden».

Los detractores del plan del Cabanyal, declaró el vicealcalde, «esperaban que nunca se llegara a una solución». El vicealcalde recordó en este punto que lo que protegió el decreto ley de 1993 del BIC del Cabanyal fue la trama urbana en retícula de calles paralelas a la línea de costa, herederas de la alineación de las antiguas barracas, entre la calle Escalante por el oeste y Doctor Lluch por el este. «Jamás nada fuera de ese ámbito gozó de ningún tipo de protección», recalcó. «Es de eso de lo que hay que hablar, no de otra cosa».

Los grupos de la oposición (PSPV, Compromís y EU) dudan de la existencia de un acuerdo con el ministerio. La propuesta del ayuntamiento reduce el ancho del frente de derribos de la prolongación y baja alturas, si bien mantiene como irrenunciable la ampliación de Blasco Ibáñez hasta el mar.

El socialista Vicent Sarrià se mostró convencido de que lo anunciado el viernes por la alcaldesa es una huida hacia adelante, un «falso acuerdo».

Grau admitió ayer que «no hay nada aprobado», ni con el Gobierno ni en el propio ayuntamiento. Existe, dijo, un consenso y unos «bocetos» y «modelos» sobre los que «hemos estado trabajando con discreción y sin alaracas». Si el acuerdo sale finalmente adelante, el ayuntamiento empezará a tramitar la modificación del planeamiento. Además, la propuesta debe recibir el visto bueno de los organismos e instituciones culturales de prestigio que pide el ministerio y que ya tumbaron el plan en 2009.