Quince años después, Na Jordana pudo tener de pregonero a la máxima autoridad de la ciudad. Además, su partido siempre ha sido fiel a la cita cultural de la comisión. No es de extrañar, por ello, que a Joan Ribó le llovieran los elogios en la introducción del presidente Pere Borrego, diciendo de él que llegaba como «vacuna contra la corrupción» y lo definió como «adalid del valencianismo, como el Tirant». Y Ribó respondió con el mismo torrente de elogios hacia la falla, recordando que «con cada Tirant y con cada falla transgresora, Na Jordana ha sido espacio de democracia de la cultura. Gracias por ser creativos y rebeldes».

Y también estableció comparaciones que ni hechas adrede. «En el año 1957, en tiempos de hierro y silencio, los falleros de Na Jordana se levantaron contra la idea de prolongar la avenida del Oeste hasta el río, lo que habría sido un desastre urbanístico, destruyendo el barrio del Carmen» y lo comparó con una gestión municipal propia: «igual que ellos se levantaron contra un desacato, nosotros acabamos de arrinconar la prolongación de Blasco Ibáñez». También estableció una comparación entre el Mediterráneo «no siempre amable» de la época del Tirant con el actual, con la crisis de refugiados, por lo que «es la ocasión propicia para reivindicar Valencia como ciudad refugio y ciudad solidaria».

Y otro recado fue cultural: «Tras una época convulsa para la cultura, decimos no a tanta cosa que nos ha herido como pueblo, con una política contra el ordeno y mando».

Así arrancó la lectura continuada de la novela de Joanot Martorell, que contó con pasajes leídos por los estudiantes que se están sumergiendo en cultura festiva de la mano de Na Jordana. Resultaba raro escucharlo en taiwanés o en finés, pero la voluntad de los estudiantes, que leyeron con notable aplomo, se recibió con grandes aplausos.

A partir de ahora, la sede fallera acogerá no sólo la lectura continuada, sino lecturas tematizadas: niños, deportistas... dentro de ese particular despliegue de una comisión que, caballeros medievales aparte, parece empezar a cobrar nuevamente fuerza en la materia competitiva, en el monumento fallero.