Es evidente que algo le pasa al arbolado de la ciudad. La Concejalía de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valencia contabilizó el pasado lunes la caída de 135 árboles y cuatro palmeras por los efectos del temporal de gota fría, un balance sorprendente y que pone de manifiesto el mal estado en el que se encuentran muchos de los ejemplares plantados en aceras, bulevares y paseos.

El arbolado debería soportar un temporal como el del pasado lunes, en el que se registraron rachas de viento de hasta 50 km/h y se acumularon cerca 50 litros por metro cuadrado de lluvia. Son cifras importantes, pero de una magnitud comparable a las fuertes tormentas que se han vivido en otras épocas del año. El problema, como señalan los expertos consultados, es que los árboles y las palmeras se plantan en alcorques demasiado pequeños, lo que por una parte impide la expansión de las raíces y por otra que logren una buena sujeción. En las fotos del temporal se han visto árboles arrancados de cuajo y en los que se observaba que apenas habían desarrollado sus raíces.

Una de las grandes voces autorizadas es la del profesor José Francisco Ballester-Olmos, experto en paisajística por la Universitat de València. Hace unos meses, cuando laciudad sufría nuevos episodios de derrumbes de palmeras provocados por el calor, el especialista alertaba de un problema generalizado en muchas urbes. «Nos encontramos ante un erróneo criterio ya histórico, extendido por numerosas capitales españolas y extranjeras, y que asigna a palmeras y gran parte del arbolado que se planta una desorbitada resistencia a las dramáticas condiciones de crecimiento que se encuentran en sus alcorques», explicaba.

Según explicaba Ballester-Olmos, el tamaño de los alcorques, de poca profundidad y limitada amplitud, provoca que algunas plantas crezcan en condiciones «inhóspitas», sin que puedan desarrollar sus raíces. Así, ante problemas de falta de hidratación „como sucede en épocas de sequía„ o cuando se producen temporales, el arbolado ubicado en aceras, bulevares o paseos enlosados no tiene suficiente fuerza para resistir un eventual vendaval.

La actual concejala de Parques y Jardines y de Gestión de Residuos Sólidos, Pilar Soriano, denunció en reiteradas ocasiones cuando estaba en la oposición el mal estado del arbolado de la ciudad, y el lunes volvió a utilizar el mismo argumento: «Además de la fuerza de la gota fría, nos encontramos con el mal estado de la jardinería que afecta a las distintas especies botánicas y zonas verdes de toda la ciudad, consecuencia de la gestión en esta materia del anterior equipo de gobierno».

Lo cierto, es que las reurbanizaciones que se están llevando a cabo en los últimos meses en la ciudad se siguen haciendo con los mismos criterios que en el pasado, y se observan alcorques muy estrechos rodeados de capas muy gruesas de hormigón y asfalto.