Los pueblos del norte de la ciudad de Valencia seguirán celebrando los festejos de «bous al carrer» porque ningún alcalde pedáneo ha recibido instrucciones específicas del ayuntamiento que indiquen lo contrario. Los responsables municipales consideran que las pedanías tienen «otras prioridades» que atender y aseguran que los toros tienen «un gran arraigo social» en estas poblaciones «que se ha de tener en cuenta».

En la ciudad de Valencia ha visto cómo en los últimos años las fiestas de «bous al carrer» se reducían a apenas cuatro pueblos del norte „Benifaraig, Borbotó, Carpesa y Massarrojos„, ya que los que antiguamente se celebraban en barrios como Campanar o Benicalap dejaron de celebrarse. De hecho fue el gobierno del PP el que desautorizó estos festejos argumentando «falta de tradición» en 2007 y 2008, respectivamente. También, desde hace muchos años, el consistorio cortó la financiación a las peñas taurinas y al mundo taurino en general en la ciudad.

Sin embargo, el debate sobre si deben celebrarse los «bous al carrer» vuelve a estar de actualidad después de que el alcalde Joan Ribó manifestara en la Cadena Ser que hay que revisar estos festejos en las pedanías. Ribó, sin embargo, habló específicamente del «bou embolat», no de la fiesta en general. El primer edil apostó por trabajar «en la defensa de los animales» y potenciando su «respeto», y mostró su voluntad de «ir erradicando determinados comportamientos» aunque «respetando las tradiciones».

Mientras, los alcaldes pedáneos se han encontrado de lleno con una polémica que han evitado en todo momento en sus respectivas poblaciones. «Nosotros no hemos recibido ninguna instrucción del ayuntamiento sobre los 'bous al carrer', pero en todo caso es una fiesta con gran arraigo social, que comparten muchas personas en el pueblo y que habría que estudiar desde varios puntos de vista. Hasta ahora no hemos recibido ninguna queja de las peñas y existe una colaboración normal», aseguraba uno de los representantes municipales.

Por su parte, la concejala de Pedanías, Consol Castillo, mostraba la versión más conciliadora. «Sería conveniente transformar estos festejos hacia otros donde se salvaguardara la integridad de los animales, sería lo ideal. Es complicado porque, sobre todo en las pedanías de la zona norte, es una fiesta que está muy arraigada».

En todo caso, el Ayuntamiento de Valencia no tiene la potestad legal para prohibir el «bou embolat», ya que es una competencia exclusiva de la Generalitat. El consistorio tan solo regula la ocupación de la vía pública. Algunas peñas taurinas ya se quejaron en el pasado del excesivo celo municipal para conceder permisos.