El proyecto de consolidación de la estructura del monasterio de San Vicente de la Roqueta, cuyas obras comenzarán dentro de una semana (25 de enero), incluyen la excavación del suelo para buscar los restos del mártir y de la iglesia paleocristiana que se erigió en su honor. Los trabajos se realizarán en la primera parte de la obra, con una profundidad inicial de 1 metro, tanto dentro como fuera del edificio, por lo que previsiblemente se cortará un carril de la calle San Vicente. Y en caso de aparecer restos «importantes», se profundizaría en los trabajos, según explicaron los expertos implicados en la obra.

Para los historiadores, arqueólogos y expertos en la vida de San Vicente Mártir, el monasterio y la actual parroquia de Cristo Rey, ubicados en la calle San Vicente, a escasos metros de la Plaza de España, esconden en el subsuelo la tumba del diácono oscense, la iglesia paleocristiana que se construyó en ese lugar y el convento medieval. Es, por tanto, una asignatura pendiente que ya tuvo un primer examen en los años 80 con la aparición de enterramientos de la época (siglo IV) y que treinta años después ha de pasar la reválida definitiva.

Proyecto ampliable

Uno de esos expertos es el jefe de Arqueología del Ayuntamiento de Valencia, Albert Ribera, que está convencido de que la tumba del santo está en este lugar y que participará activamente en el desarrollo del proyecto. El pasado jueves, de hecho, ya estuvo en la visita junto al concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, con cuyo departamento colaborará durante los 14 meses que duren los trabajos.

Según explicó Rivera, el proyecto de consolidación del edificio incluye una excavación arqueológica con esa finalidad. Los trabajos comenzarán ya desde el primer momento, pues se harán aprovechando la consolidación de los cimientos. Habrá catas, trincheras para buscar tumbas y se limpiarán las paredes en busca del convento medieval, dijo. Y en caso de que aparecieran elementos contundentes, se valorarían y se aplicarían otros métodos para profundizar en la búsqueda.

Por su parte, el arquitecto Alberto Peñín, que encabeza la UTE a la que se ha adjudicado la dirección facultativa de la obra, insistió en que se garantizarán los trabajos arqueológicos y que si aparecieran restos importantes se cambiaría el proyecto en este apartado. Según dijo, la dos arqueólogas que vigilarán el cumplimiento de todo esto, Concha Camps e Isabel García Villanueva, estarán atentas para indicar los distintos caminos.

Y recordó, en ultima instancia, que las catas se harán tanto dentro como fuera del monasterio, por lo que ha pedido, dijo, que se corte un carril de la calle San Vicente para amparar estos trabajos, pues la acera es muy estrecha.

Fuentes municipales confirmaron que se cortará un carril y que la excavación es importantes en este proyecto. Los trabajos iniciales profundizarán al menos un metro en todo el monasterio.