La prohibición del «bou embolat» en todas las pedanías de Valencia está causando importantes problemas en los partidos políticos que forman parte del equipo de Gobierno, incluido Compromís, que lidera el «tripartito». Si ya era sabida la división interna que generó esta prohibición, la pedanía de Carpesa, una de las que se han quedado sin estos festejos junto con Benimàmet, Benifaraig, Borbotó y Massarrojos, la ha puesto blanco sobre negro. Compromís per Carpesa ha hecho público un comunicado en el que se muestra contrario a la prohibición del «bou embolat», postura que comparte el alcalde pedáneo, precisan.

«Prohibir desde los despachos, sin pisar las calles de los pueblos afectados y a pocos días de la celebración de estos actos, forma parte de la vieja política que desde Compromís per Carpesa queremos combatir», dicen. A su juicio, «la prohibición ha sido precipitada, ocasionando perjuicios económicos a los organizadores, a los servicios abiertos al público y al pueblo en general».

Compromís per Carpesa ha pedido «una moratoria como la que se le ha concedido a Benimàmet», de manera que «se puedan hacer los toros de este año, abrir un debate serio y tranquilo sobre el toro embolado, exponer los argumentos de todos y en última instancia hacer una consulta al pueblo y que decida la gente». Un buen punto de partida para ese debate sería el informe emitido en 2009 por el Consell Valencià de Cultura, que recomendaba la prohibición del «bou embolat» y recomendaba continuar con la tradición de los «bous al carrer» en aquellos lugares donde se celebraran. En definitiva, «abría el debate sobre la conveniencia de revisar las tradiciones y adaptarlas al siglo XXI».

Y hacen un último apunte. Compromís per Carpesa recuerda que son una pedanía de Valencia y que por tanto su capacidad de decidir es limitada. Así pues, quieren volver a ser pueblo independiente, como lo eran hasta 1898, «año en el que unilateralmente fuimos anexionados por la ciudad de Valencia».