El Ayuntamiento de València ha declarado la amenaza de ruina inminente para la Alquería de Burgos (Bisarra), un Bien de Relevancia Local situado en Mauella, en Pobles del Nord. Disciplina Urbanística fundamenta en su informe que se dan las circunstancias objetivas suficientes para estimar que su estado ha rebasado el umbral de la seguridad, presentando un peligro real para personas y bienes y obliga a sus propietarios a intervenir. Según los técnicos las fachadas presentan pérdidas de revestimientos, fisuras y grietas. Además, parte de los faldones de la cubierta inclinada a dos aguas se han desplomado, así como parte de los forjados primero y segundo que principalmente fueron la torre. «Con los daños descritos y la falta de conservación del edificio principal, se estima que existe una situación de incertidumbre real sobre su estabilidad», prosigue la notificación municipal, por lo que constituye «una amenaza real para la seguridad pública».

La alquería de Burgos es uno de los «edificios rurales en pie más antiguos de este área de l´Horta y de una factura constructiva similar a la Alquería del Pí, situada en Cases de Bárcena». El catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Naturaleza Rural la tifipica como una casa compacta de l´Horta de València originaria aproximadamente durante los siglos XVI y XVII, a pesar de que se detectan en su conjunto elementos arquitectónicos fundamentalmente del siglo XVIII. Los orígenes de la edificación están «más próximos a un inmueble de carácter señorial que no a una simple o discreta alquería de labradores al uso».

El 72% de los molinos, alquerías, azudes, ermitas, barracas y demás bienes y espacios protegidos o susceptibles de ser conservados se encuentra en estado ruinoso según el arquitecto Miguel del Rey durante la elaboración en 2010 del catálogo de bienes patrimoniales del Plan de Acción de l´Horta (PAT), actualizado ahora por la Generalitat. La situación «no ha hecho más que empeorar en los últimos seis años», según fuentes de la Conselleria de Vivienda y Obras Públicas. «Con cada desplome, Valencia pierde parte su historia e identidad», dice del Rey.