olvemos sobre los mismos pasos que hace doce meses. Joaquín Costa-Conde Altea es una comisión bien, buena y bonita. Con nombre y con historia. Importante e interesante. Pero en cuestiones falleramayoristas viven una particular travesía en el desierto. Siendo del sector con más éxito en la historia de la corte, su palmarés se reduce a la presencia de Merche Añón en el año 1995. El año pasado lo intentaron con Lidia Iranzo, pero «es que llevamos cuatro preseleccionadas consecutivas. Sería una ilusión increíble para mi, pero también para la falla. Creo que ya nos merecemos algo más que "la satisfacción de vivir la experiencia, que también». Que está muy bien pero si cunde más, mejor. Este año esa candidatura es la de Cristina Barba, una periodista de profesión que, buscando abrirse camino en un mercado laboral complicado, ha recalado en el gabinete de comunicación de la Escuela de Danza de Esther Mortes, donde trata de dar visibilidad «al proyecto Balletvale+, que me parece muy interesante: es la aplicación de la danza a niños con parálisis cerebral que, a través de esta actividad pueden mejorar sus funciones motoras. Estamos haciendo un proyecto de investigación y seguimiento y, sobre todo, de que se conozca lo más posible». Tras pasar por diferentes medios de comunicación haciendo prácticas reconoce que «me gusta mucho la radio» y reconoce que «tengo que volver a activar mi blog personal, que está dedicado a aspectos tradicionales que van más allá de las fallas».

Porque si hay un aspecto que combina con las fallas, es uno que va cada vez más en paralelo: los bailes tradicionales. «De hecho, llegué a Joaquín Costa-Conde Altea a través del folclore. La familia Añón conocía a mi madre y por esa relación se hizo fallera». Está en el Grup de Danses de Moncada. «Yo digo que soy fallera y soy folclórica y los viajes que he hecho con el grupo me han servido mucho para aprender experiencias». Las palabras le salen con fluidez cuando habla de «Fermín Pardo, Salvador Mercado, Rafael Solaz...». Ella fue fallera mayor infantil en el año 2005 «y no pensaba de momento ser fallera mayor, porque quería buscarme la vida: irme al extranjero, hacer un master... pero en este momento no había y son las cosas que vienen y que son el momento de cogerlo». Y si la soga lleva al caldero de la corte, mucho mejor.