La comisión de Ribera-Convento Santa Clara ha sido obligada a trasladar su falla y su zona de actividades para cumplir los nuevos protocolos que la amenaza yihadista impone en lugares con mucha concentración de personas.

Pero este movimiento ha provocado una paradoja que ha enfadado a los falleros de Convento Jerusalén: la carpa (descubierta) estará en el mismo lugar, la calle Xàtiva, que ocupaba la de la comisión de Especial y a la que el año pasado tuvieron que renunciar, obligados por el ayuntamiento. Ahora, la comisión dispone de un casal-parador permanente que sufragó el empresario Juan Roig.

El enfado de la comisión se debe, tal como decía el presidente Santiago Ballester, a que «nadie nos ha dicho nada y no sólo ocupa una parte de nuestra demarcación, sino que nos encontramos con la paradoja de que, el año pasado, se nos dice que, "por seguridad", tenemos que irnos de allí y que ahora, "por seguridad", se pone allí una instalación. Es normal que los falleros pregunten y estén molestos. Más que nada, porque no se nos informó, algo que, sólo por el hecho de ocupar una parte de la demarcación, nos merecíamos».

También invaden a Ferroviaria

La nueva ubicación también afecta a la falla Ferroviaria, a quien invade una parte de demarcación incluso mayor (las comisiones de falla son unidades territoriales, que disponen de un espacio asignado). Más aún, ambos monumentos estarán justo uno enfrente del otro.

La concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzatto, habló ayer con el presidente de Convento. Es una de las partes implicadas, aunque la decisión en los protocolos de seguridad es una labor colegiada entre las policías Local y Nacional y los servicios de Emergencias. Y explicó que el cambio, «efectivamente, puede parecer paradójico, pero hay que entender que estamos en una situación nueva. La ciudad y la sociedad no es la misma ahora que hace doce meses. No teníamos las amenazas que tenemos y también era necesario un cambio en los protocolos alrededor de la Plaza del Ayuntamiento».

A la comisión de Telefónica no le apetece tener que cambiar de sitio, porque ahora están bastante más lejos del casal y pierden el lugar privilegiado que tenían, en la calle Marqués de Sotelo, para contemplar los disparos al estilo «Palco VIP». Su traslado a la calle Xàtiva es un mal menor. Menguzzatto aseguraba que «no es lo ideal, pero es que no había otro sitio y por eso pido comprensión. Ojalá no hubiera alerta y ojalá no hubiera peligro por las aglomeraciones, pero no podemos inventar más calles que las que hay y se ha priorizado. Hay un mandato de la Policía Nacional y tenemos que contribuir. La propia comisión de Telefónica ha estado muy colaboradora». El espacio que ocupará la «carpa» de Telefónica es algo menor, sobre todo en anchura, al que tenía Convento.

El presidente de esta última, que ha convocado una junta extraordinaria el lunes, quiso dejar claro que «no hay nada contra nadie, y menos ante una falla amiga. Simplemente, que se nos informara». La situación puede repetirse con el cambio de ubicación de San Vicente-Periodista Azzati si llegara a invadir el territorio de la falla Avenida del Oeste.