? La sentencia hace referencia a la «servidumbre del edificio» porque en su construcción ya se contemplaba que albergaría los amarres para sostener el toldo de la plaza, en funcionamiento desde principios del siglo XX y hasta la renovación del toldo en 2011, cuando los vecinos dijeron basta. Fue entonces cuando comenzó la batalla legal. La sentencia de 2014 afirmaba que en 1965 los vecinos dieron su consentimiento tácito para anclar a su fachada el toldo, y fuentes de la Basílica afirman que el edificio se contempló «para aguantar los amarres» y eliminar así los postes que lo sujetaban hasta ese momento, conocidos como «Els hòmens de la vergonya». Los vecinos consideraron peligroso seguir sujetando el toldo, que provocaba la vibración del edificio.
