El Plan para reformular por completo el espacio público del barrio del Pla del Remei y la zona de Russafa Nord, más conocido como l´Eixample, no ha sentado nada bien a la Asociación de Comercios València Centro, que ayer criticó con gran dureza las conclusiones y las propuestas que han salido del proceso de participación público, en el que la entidad que representa a los establecimientos también participó. En una nota titulada «Sobre la declaración unilateral de peatonalización para el Pla del Remei» (con referencia incluida al ´Procés´ catalán), la asociación de comercios desacreditó por completo el trabajo desarrollado durante tres meses al considerarlo «un proceso minoritario dirigido desde el inicio y muy parcial».

Aunque defienden que todos los procesos participativos «son positivos», en el caso del Pla del Remei consideran que no se ha hecho lo «imprescindible», es decir, «contar con datos de rigor» además de las opiniones recopiladas en este proceso participativo, explicaron en un comunicado. La entidad comercial explica que el trabajo encargado por la Concejalía de Mobilitat Sostenible al estudio EFG Arquitectura «está queriendo poner en marcha una supermanzana de forma encubierta, cuya aplicación no tiene precedente ningún otro entorno urbano comercial. Una operación que resulta tremendamente arriesgada al considerar este espacio de forma disgregada con el resto del centro», señalaron.

Sobre las propuestas concretas esbozadas en el plan, como la plantación de 2.025 árboles, reconvertir el aparcamiento libre y zona azul en zona naranja para residentes o ensayar la peatonalización de un tramo de la calle Cirilo Amorós son «experimentos» que no consideran «apropiados», ay que en su opinión «pueden causar graves perjuicios económicos a las empresas y a sus trabajadores». «El comercio es extremadamente sensible a la movilidad y la accesibilidad, y tampoco podemos olvidar, que muchos residentes de nuestra ciudad, trabajan en el área metropolitana, que a pesar de los esfuerzos, no está bien conectada», argumentaron.

Ante las acusaciones, este periódico pulsó la opinión de José Luis Gisbert, del equipo redactor EFG, quien defendió la validez del proceso. «Directamente se involucraron 400 personas en este proceso, más 180 escolares con sus trabajos y sus padres con las encuestas. Así pues, las propuestas que se han realizados, que en muchos casos son solo ejemplos para visualizar y entender de qué estaríamos hablando, han partido de un consenso general. La Asociación de Comercios hizo sus valoraciones, pero ellos representan a una parte; de hecho muchos comercios que no son asociados nos han hecho también muy buenas aportaciones», explicó Gisbert.

Para el arquitecto y profesor del CEU, el proceso participativo «representa las preocupaciones que tiene el global de la población del área analizada, de todos los agentes implicados», del que asegura que se han extraído «propuestas de líneas de actuación» que no siempre están en consonancia de lo que pide la asociación.

La Asociación de Comercios València Centro exige, por su parte, que antes de elaborar un plan se ha de conocer «de forma pormenorizada toda información relativa a los residentes, visitantes, y clientes de los comercios, empresarios y trabajadores del entorno, sobre el uso de los espacios». «Cualquier intervención debe realizarse con la máxima sensibilidad y contando con estudios previos de los que ahora se carece», asegura.