Llevo varias semanas pateando el monte, mejor dicho tractorando viñedos y barbechos y no he visto ni un solo bando de perdices. Que digo bandos, ni siquiera una pareja!. Ahora que se ha cosechado el cereal y no hay siembras debería ser más fácil verlas. Con la siembra alta es más complicado. Hay quien dice, sin embargo, que ha visto algunas polladas. En todo el término de Fontanars que cuenta con varios miles de hectáreas no debe haber más de un centenar de perdices. Siendo muy generoso en los números. Esta es la dramática situación en la que nos encontramos actualmente.

El año pasado no se abrió la veda para la perdiz, y sólo se permitió la caza del conejo, y este año debería hacerse lo mismo porque para que las patirrojas vuelvan a poblar nuestros campos y viñas como antaño tendrá que pasar mucho tiempo .

La Sociedad de Cazadores L'Alfori estrena una nueva junta y nuevo presidente. Gente joven, con ganas de trabajar y de hacer bien las cosas. Esperemos y confiemos que sus decisiones vayan en la buena dirección por el bien de la caza y de todo el colectivo y no incurran en errores pasados.

La temporada pasada para calmar la ansiedad de cazadores, que no pueden estar sin pegar un tiro ni tener a sus perros en las perreras se hizo una suelta de perdices y faisanes. En mi modesta opinión me parece un grave error, aunque se elijan zonas especificas para hacer las sueltas. Primero porque es más que probable que por alguna de aquellas se abatan perdices salvajes y en segundo lugar porque la suelta de perdices, sin ningún control sanitario y de forma indiscrimininada, es una fuente de transmisión de enfermedades para la perdiz autóctona y el peor enemigo que tiene, a no ser que queramos convertir aquello en un coto de caza intensivo. Si se hace, olvidémonos de la perdiz autóctona. Eso, sin mencionar, que la perdiz de "bote" atrae a toda clase de alimañas, ya que son una presa fácil, con lo cual, vienen zorras y jabalíes de otras zonas al encontrar aquí comida fácil y abundante.

La solución para recuperar la perdiz autóctona, no digo que sea fácil, pero conozco fincas en las que la perdiz había prácticamente desaparecido y tras una buena gestión cinegética se ha ido recuperando paulatinamente.

¿Y cómo se consigue hacer una buena gestión cinegética?

En primer lugar, controlando las alimañas. Hay exceso de urracas, zorros y jabalíes. De un tiempo a esta parte su número ha proliferado exponencialmente, siendo muy perniciosos para las especies de caza menor, especialmente, para la perdiz.

Otro aspecto muy importante que tiene que ver con la paulatina desaparición de las patirrojas es la utilización de productos fitosanitarios en el campo para combatir plagas en viñedos y frutales.

Algunos productos han sido ya prohibidos por el Ministerio por su alta toxicidad. El veneno que durante años se ha echado al campo es una de las principales causas de su declive. Ahora se establecen unos controles más exhaustivos y rigurosos y hay también una mayor concienciación por parte de los agricultores.

La perdiz tiene numerosos enemigos, unos naturales y otros artificiales.

La comida y el agua no pueden faltar, sobre todo, cuando escasea en el campo. En épocas de calor es fundamental que beban. Por eso es importante colocar bebederos y comederos en puntos estratégicos del coto. En los lindes, por ejemplo, para atraer caza de otros acotados.

Si se opta por repoblar, ha de hacerse de forma controlada. Hay perdices que han pasado controles sanitarios y que son óptimas para el campo y la cría, pero en el mercado hay de todo. En todo caso hay que acudir a granjas que sean de total confianza.

Pero lo mejor es que la repoblación sea de forma natural. Con las parejas que año a año vamos dejando.

Recuperar la perdiz es labor de todos. De los cazadores principalmente, pero también de otros colectivos.