Si el PP quiere ocupar el espacio político de centro-derecha y abogar por un discurso moderado, centrista e integrador, alejado de la derecha más rancia y casposa, la elección del ex alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, como candidato a la presidencia de la Generalitat en las elecciones del próximo 27-S, no es la mejor manera de hacerlo.

El discurso xenófobo y racista que le llevó a ganar las elecciones municipales en 2011 no ha variado un ápice, y está más próximo a las tesis de la extrema derecha, que defiende, por ejemplo, el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia, que a lo que debe de ser un partido de centro derecha, tolerante y respetuoso con los derechos humanos y, sobre todo, con los derechos de los inmigrantes.

Si Rajoy pretende combatir el nacionalismo catalán con leyes y no con políticas que busquen el entendimiento en lugar de la confrontación permanente y ganar votos a cualquier precio con discursos racistas y xenófobos se equivoca, aunque su candidato como él dice "tenga las ideas claras". Han sido, precisamente, esas "ideas" las que han alentado el nacionalismo radical y han creado un problema donde antes no lo había.

Las buenas "ideas" en democracia van, precisamente, en la dirección contraria.

El PP en Catalunya requería un cambio de caras, tras los malos resultados electorales cosechados y el declive del PP, sin que Alicia Sánchez -Camacho haya sabido parar esa sangría de votos, pero mucho me temo que la elección del candidato Xabier Albiol es la peor de las opciones posibles para el nuevo escenario que se abre en Catalunya.

Tampoco ha sido la mejor elección para la tan cacareada regeneración democrática que quiere liderar el PP.