En los medios de comunicación suele emplearse el término "cerebro" para referirse a los autores "intelectuales" de un atentado. Lo hemos visto recientemente con los atentados de París. En este mismo periódico podía leerse el siguiente titular: " Francia asegura que el cerebro de los atentados murió en el piso de Saint Denis" o este otro " El cerebro de los atentados de París trató de captar mujeres en España".

Cerebro, autor intelectual, lucha armada son términos o expresiones que para mí tienen otras connotaciones bien distintas. El que comete un atentado es un terrorista. No hay nada "intelectual" a la hora de preparar una acción terrorista. Estrellar un avión o entrar en una sala de fiestas abarrotada de gente y masacrar a todo el que se cruce por delante tiene poco de "intelectual". En todo caso es, precisamente, esa falta de cerebro o de intelecto lo que les lleva a cometer una salvajada de ese tipo. La acción sería más propia de "descerebrados".

La lengua castellana es muy rica y variada y tiene vocablos mucho más apropiados que los que utilizamos habitualmente. Echemos mano de ellos y releguemos estas expresiones que inducen al equívoco.