Quizá sea una presunción y algunos piensen que no tiene fundamento alguno, pero mucho me temo que finalmente la CUP dará el Si quiero, cual matrimonio civil o religioso a la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat y todo esto forma parte del circo mediático de cara a la galería para contentar a las bases, que ya han dicho por activa y por pasiva que no quieren a Mas como futuro presidente en la hipotética República catalana.

La hipótesis de unas nuevas elecciones no las contemplo en absoluto entre otras razones porque no beneficiaría a los partidos independentistas.

Esto me recuerda un poco a las largas negociaciones que entablaron el PSPV, Compromís y Podemos para formar gobierno en la Comunidad Valenciana y que, finalmente, culminó en un acuerdo de legislatura a tres bandas para mal de muchos y consuelo de pocos, que está a punto de saltar por los aires.

Y algo parecido pasará en Cataluña si finalmente como presumo, la CUP da su apoyo a la investidura de Mas.

Porque es imposible la gobernabilidad entre una amalgama de partidos tan dispares y con objetivos tan contrapuestos.