A ver con qué argumentos sigue defendiendo el profesor Monedero, que Venezuela es una democracia, después de conocerse que Maduro prepara un golpe de Estado encubierto con la creación de un Parlamento Comunal que reste poder a la Asamblea Nacional , tal como informa este mismo periódico en su edición de hoy jueves 17 de diciembre.

Henrique Capriles, ya advirtió nada más conocerse el resultado electoral, que no le gustaba nada la actitud de Maduro, pese a reconocer inicialmente su derrota. Y aquí en España, ya había quien elogiaba el talante democrático de Nicolás Maduro por no haber adulterado las elecciones.

A Podemos se le desmoronan todas sus referencias políticas, económicas y sociales. Primero fue Grecia, que no cumplió nada de lo que prometió un exultante Alexis Tsipras cuando ganó las elecciones y Podemos anunció que el cambio comenzaba en Grecia y ahora le ha tocado el turno a Venezuela con la aplastante victoria de la oposición, que demanda el restablecimiento del orden democrático en el país, tras 17 años de furibunda dictadura chavista.

Pero Podemos tiene un doble prisma para analizar la realidad, según le convenga, claro y según quien sea el protagonista. Si se trata de la derecha, leña al mono, pero si es la extrema izquierda, entonces todo es cuestión de matices.

Al señor Pablo Iglesias se le encogió el corazón por el tono crispado del debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, pero no le duelen prendas en llamar "subnormal" a Manuel Carmona o en salir en defensa de la inefable alcaldesa de Barcelona Ada Colau cuando llamó "criminales" a PP y PSOE, pero al parecer utilizó "un tono dulce". Todo es cuestión de sintaxis. Lástima que no hablemos todos el mismo idioma.