Mientras sus señorías siguen sin ponerse de acuerdo para la formación de un nuevo gobierno y continúan a la gresca, recriminándose mutuamente un montón de cosas y lanzándose los trastos a la cabeza como hemos podido ver en el debate de investidura, en el pasado mes de diciembre salieron de España 19.700 millones de euros. En total, la fuga de capitales ascendió a 70.200 millones de euros en 2015, según fuentes del Banco de España.

El dinero sale de un país cuando los inversores dejan de confiar en él y eso es lo que está ocurriendo en estos momentos en España.

Las cifras son muy elocuentes, además de altamente preocupantes y dejan a las claras la necesidad de formar un gobierno estable lo antes posible, que ponga fin a la incertidumbre política que vive nuestro país desde el pasado día 20 de diciembre.

Pero no sólo los inversores están retirando su dinero por miedo a que las cosas puedan empeorar en España ante un hipotético gobierno PSOE-Podemos-IU es que, además, las buenas previsiones que había para la economía española para 2016 y 2017 con crecimientos del PIB en torno al 3%, según el Gobierno y algo menores, según el FMI, podrían ralentizarse y caer hasta 0,7 puntos, al igual que otros indicadores económicos que apuntan en la misma línea.