La viuda de Enrique Casas, senador socialista asesinado por ETA en 1984, le pidió a Pablo Iglesias más contundencia a la hora de condenar el terrorismo de ETA.

Barbara Dürkhop le dedicó una durísima y en mi opinión acertadísima carta al líder de Podemos durante el acto de homenaje a las víctimas del atentado del 11-M.

No es admisible que en España todavía se hable de presos políticos. En democracia no hay presos políticos. El señor Iglesias debería ser igual de locuaz en Cuba o Venezuela, donde por desgracia se encarcela a las personas por sus ideas. El último ha sido David Natera, director del periódico El Correo del Caroní, condenado a 4 años de prisión por el régimen de Maduro. Se le acusa de difamación e injurias por investigar casos de corrupción en la compañía minera estatal. En un nuevo caso de atentado contra la libertad de expresión.

Afirmar como ha hecho Iglesias, felicitándose por la ex carcelación de Otegui y decir que su puesta en libertad es una buena noticia para la democracia , además de ser miserables sus palabras es una humillación hacia las víctimas y sus familias.

El señor Otegui, que cumplía una condena de 10 años, rebajada a 6,5 años, por enaltecimiento del terrorismo y por haber intentado reconstruir a la ilegalizada Batasuna, siguiendo los dictados de la banda terrorista ETA, no estaba en la cárcel por sus ideas políticas, por nauseabundas que estas fueran, como es legitimar la lucha armada para conseguir fines políticos, sino por ser miembro y amparar el terrorismo etarra. Tan miserable es el que apunta como el que aprieta el gatillo.

Aunque EH Bildu quiera proponerlo como candidato a Lehendakari para las próximas elecciones vascas, previstas para octubre, el señor Otegui está inhabilitado para desempeñar cualquier cargo público hasta 2021.

Arnaldo Otegui no ha sido el adalid de la paz en el País Vasco, aunque algunos quieran presentarlo como tal. Tampoco tenemos que agradecerle nada. La derrota de ETA es la victoria de los demócratas frente a los que quisieron imponer el terror y la barbarie con la fuerza de las armas.