Se puede ser republicano o monárquico, de derechas o de izquierdas, pero ante todo uno tiene que saber comportarse en los actos institucionales y protocolarios. Entre otras cosas porque va implícito en el sueldo.

Lo ocurrido el pasado jueves durante el discurso del Rey en el Congreso de los Diputados, produce vergüenza ajena y demuestra, una vez más, la falta de educación y de respeto de Podemos y de los independentistas, alguno de los cuales ha preferido permanecer sentado o de espaldas, mientras el Rey se dirigía a los diputados en el acto de inicio de la legislatura. Ha habido, incluso, un senador de la formación morada que ha desplegado una bandera republicana. No era ni el momento ni el lugar más indicado para lucir la tricolor.

Nos guste más o menos, España es una monarquía parlamentaria y el Rey es el jefe del Estado.

Bajo esta premisa, que es importante no perderla de vista, las buenas formas y la educación han de estar por encima de las ideologías.