El ataque de EEUU a Siria con la excusa de que el gobierno de Al Asad ha utilizado armas químicas contra la población civil, me recuerda la excusa que esgrimieron Tony Blair, George Bush y José María Aznar para invadir Irak y derrocaral dictador Sadam Hussein con las famosas armas de destrucción masiva, que nunca aparecieron porque sencillamente no existían, pero que les dio cobertura "legal" para invadir un país soberano, que no disponía de armas, pero sí de petróleo.

A Donald Trump se la trae al pairo que Al Asad masacre a la población civil. Lleva seis años haciéndolo y no han dicho nada hasta ahora.

Tras este ataque unilateral, sin el respaldo de la ONU, ni de la OTAN; EEUU quiere sacar pecho y convertirse de nuevo en el gendarme del mundo porque durante la etapa de Barack Obama había perdido ese protagonismo. Lo mismo que ha hecho en la península de Corea, enviando varios buques de guerra para avisar al vecino del norte, al que le gusta hacer pruebas nucleares y lanzar misiles de largo alcance para intimidar a Corea del norte. Hasta ahora EEUU no había entrado en las continuas provocaciones del régimen de Kim Jong Un.

La reacción de Rusia e Irán , socios de Al Asad, no se ha hecho esperar y amenazan con tomar represalias, si vuelve a repetirse un nuevo ataque. Lo que no han dicho todavía es en que van a consistir esas represalias.

El distanciamiento entre Rusia y EEUU es más que evidente y vuelve a los prolegómenos de la guerra fría.

La llegada de Trump a la Casa Blanca, cuando se cumplen apenas cinco meses desde que fuera elegido presidente de los EEUU, no ha hecho sino empeorar las relaciones internacionales y la esperanza de una paz en Siria está cada vez más lejana.