Mientras existe la posibilidad, más que real que Marine Le Pen le dé la vuelta a las encuestas que de momento dan como ganador a Macron, y gane las elecciones presidenciales en Francia el próximo 7 de mayo; la izquierda radical de Mélenchon ha pedido el voto en blanco o la abstención, convirtiéndose en claro aliado de la extrema derecha.

Los socialistas han pedido el voto para el candidato de centro derecha Emmanuel Macron para frenar a la ultraderecha, mientras la izquierda radical prefiere dar alas a los populismos. La indefinición en política termina pasando factura. Y, normalmente, el precio suele ser muy elevado.

Y los podemitas aplaudiendo a rabiar la decisión de Mélenchon.