Corea del Norte sigue adelante con su programa nuclear y sus pruebas balísticas, sin que las sanciones económicas impuestas por la ONU contra el régimen de Pyongyang hayan hecho la menor mella en el país más aislacionista del mundo. No ocurrió lo mismo con Irán, cuyas sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional, sí tuvieron un efecto disuasorio sobre su programa nuclear, que le obligó a firmar un acuerdo nuclear en julio de 2015 con otras seis grandes potencias y asumir el compromiso de limitar y controlar su programa atómico. A cambio de aquel acuerdo, todavía vigente, se levantaron las sanciones económicas.

Ahora Donald Trump ha puesto en peligro aquel acuerdo e Irán amenaza con retomar su programa nuclear, si se imponen de nuevo más sanciones como pretende EEUU.

Conforme pasan los días, la tensión militar va aumentando en la zona. Trump en su discurso ante la ONU amenazó con borrar del mapa a Corea del Norte, si continuaban los ensayos nucleares y sin decirlo explícitamente, dejó abierta la posibilidad de una intervención militar contra Kim Jong-un.

A los pocos días, varios bombardeos de EEUU rozaron el espacio aéreo de Corea del Norte en una clara demostración de fuerza e intimidación contra el régimen comunista de Pyongyang. Por su parte, Corea del Norte lanzó varios misiles que sobrevolaron el cielo de Japón.

La vía diplomática, descartada hasta ahora o con muy pocos efectos prácticos, se ha de imponer para frenar esta escalada de tensión en la península de Corea, que puede acabar en un enfrentamiento nuclear entre ambos países, que disponen de armamento suficiente para hacer saltar el planeta por los aires.