Casi 270.000 personas se vieron afectadas por la estafa multimillonaria de Fórum Filatélico y Afinsa. Estos días comenzaba el juicio de sus responsables, después de casi 11 años. Francisco Briones Nieto era su presidente. Junto a él se sentarán en el banquillo otros 29 cargos directivos en lo que ha sido la mayor estafa piramidal de la historia de España.

Seleccionaban a sus víctimas, normalmente gente con pocos o ningún conocimiento financiero y les prometían rentabilidades muy por encima del mercado, alegando la supuesta rentabilidad de los sellos, donde presuntamente invertían el dinero de sus clientes. La gente se lo creyó e invirtió sus ahorros, pensando que triplicarían o cuadriplicarían su capital.

El caso de Fórum Filatélico no es comparable a la estafa de Bancaja con las Preferentes o la salida a Bolsa de la entidad financiera, donde sí existían controles de supervisión como el Banco de España o la CNMV.

Nueva Rumasa, la empresa de Ruíz Mateos, sacó al mercado un producto sin ninguna garantía. Además, tuvo la osadía de anunciarlo en televisión. No eran sellos, se trataba de pagarés también con una alta rentabilidad, en torno al 6%, creo recordar. Quienes tuvieron la tentación de invertir en aquel producto, que no ofrecía tampoco ninguna garantía, perdieron todos sus ahorros. La letra pequeña del folleto, ya alertaba de los peligros de aquella inversión opaca.

Fórum Filatélico era una sociedad española de bienes tangibles, que no estaba sometida a ningún control de supervisión, como sí lo estaban o deberían haber estado las Cajas de Ahorro.

Algunos inversores pudieron recuperar solo un 10% de los ahorros que invirtieron. Otros ni siquiera eso.

Los afectados vienen pidiendo responsabilidades desde entonces, sin que ninguna de sus demandas hayan sido atendidas en las estancias judiciales. En 2008, la Justicia eximió al Estado como garante de esos fondos, es decir, no se consideró al Estado como responsable civil subsidiario para hacer frente a las indemnizaciones, con lo cual, la responsabilidad recae únicamente en sus responsables directos, es decir, en los administradores, que tendrán que responder con su patrimonio, si es que lo tienen.