Terminada la vendimia y la recogida de la almendra es momento de hacer un pequeño balance. El año ha sido muy complicado por la sequía. Ha llovido poco y a destiempo. La lluvia se concentró en mayo y junio, mientras que en los primeros cuatro meses del año apenas llovió.

El intenso calor que ha hecho durante el verano ha adelantado unas semanas la vendimia. La uva que ha entrado en la bodega ha sido de mucha de calidad debido a la ausencia de plagas. Solo se han detectado algunas parcelas con mosquito verde que se desarrolla fundamentalmente con temperaturas altas, como las que hemos tenido en plena canícula. Por lo demás, otras plagas como el oídio, el mildiu o la polilla del racimo no han tenido ninguna incidencia. No se han dado condiciones meteorológicas propicias para que se desarrollen estas plagas, como son los cambios bruscos de humedad y temperatura y los rocíos de la mañana. El calor es el mejor tratamiento para mantener a ralla estas plagas.

Lo que sí se ha resentido enormemente es la producción, sobre todo, en las uvas tintas, no tanto en las blancas que se vendían antes. La merma en kilos ronda entre el 20% y el 30%. En mi caso particular ha sido algo superior, llegando casi al 40%.

El anuncio de una DANA en plena vendimia provocó mucho nerviosismo en los agricultores ante el temor a perder sus cosechas. El pedrisco es la mayor de las amenazas. Muchos agricultores no aseguran sus cosechas debido al alto coste que tiene el seguro agrario y cubren poco. Según datos de Asaja, algo menos de la mitad de los agricultores asegura su cosecha de uva mientras que los porcentajes bajan significativamente en el caso del olivar o de los frutos seco, con el 4,56% y el 11,40%, respectivamente.

Los costes de producción han seguido disparados durante toda la campaña, sin que el agricultor pueda repercutir esa subida de los insumos en sus productos. El gasoil agrícola continúa con su escalada, agravado por la guerra de Ucrania. El gasóleo B ha subido un 16% desde el verano y supera el valor del inicio de la bonificación.

Las ayudas al campo llegan con cuentagotas, pese a las medidas anunciadas por el Gobierno de destinar ayudas para combatir la sequía.

La almendra ha tenido un comportamiento muy similar con bajos precios y baja producción. Los precios de la almendra continúan en mínimos históricos en un mercado muy especulativo. La almendra que llega de California es el principal competidor, de mucha menor calidad, pero que inunda los mercados. Este año se prevé una buena cosecha, además, los almacenes están a tope de mercancía.

Los rendimientos han sido muy bajos. Algunas variedades como la guara que normalmente suele ser alto no han llegado al 20%. La almendra ha producido mucha madera y poca pepita.