El PP fue la lista más votada en el Ayuntamiento de Albaida en las últimas elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo, sin embargo, un acuerdo entre el PSPV y Compromís, permitió a Compromís hacerse con la alcaldía hasta el pasado 2 de enero, donde gracias al apoyo de dos concejales del PSPV, el PP vuelve a coger la vara de mando de la capital de la Vall d’Albaida, entre acusaciones de transfuguismo.

Una moción que responde a la crisis institucional y de paralización del Ayuntamiento, en palabras de los ediles populares.

Frente a las palabras del alcalde saliente Alejandro Quilis de calificar al nuevo gobierno como el “gobierno de la infamia” y de “traición al pueblo de Albaida” destacaría el tono conciliador del nuevo alcalde Juan Carlos Roses de contar con todos los partidos con representación en el consistorio para superar la situación actual.

Hay que acabar con el estigma de que la izquierda y la derecha no puedan pactar. La base de la democracia es el diálogo y el consenso. La moción ha acabado con la expulsión de los dos concejales socialistas por apoyar la moción de censura, pese a tener el visto bueno de la ejecutiva local.

El castigo de los socialistas de pactar con el PP es la expulsión.

No se entra en el fondo del asunto. ¿El por qué de la moción? No obedece a un pacto oculto entre el PP y el PSOE para echar a Compromís de las instituciones, como sostiene la coalición pancatalanista.

El motivo de la moción responde a la parálisis municipal y a la crisis económica del Ayuntamiento de Albaida. Revertir esta situación es el objetivo del nuevo equipo de Gobierno. Si esto ayuda a mejorar la vida de los vecinos de Albaida, bienvenida la moción de censura.

A nivel nacional, autonómico y municipal deberían darse más acuerdos entre los dos principales partidos, sin que haya acusaciones de transfuguismo ni de deslealtad.

Es bueno para nuestro sistema democrático que el PP y el PSOE lleguen a acuerdos, sobre todo cuando se trata de echar a partidos que ponen en riesgo la unidad nacional y que someten al Gobierno a todo tipo de chantajes. Lo que no es normal es que el presidente del Gobierno y el líder del principal partido de la oposición no tengan un diálogo continuado y necesiten de mediadores internacionales porque entre ellos no se fían el uno del otro.

Los socialistas navarros han apoyado una moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona para echar a UPN que también fue la lista más votada y hacer alcalde a Joseba Asiron de EH Bildu. Esto me parece más peligroso para la estabilidad democrática de un país que el hecho de que PP y PSOE puedan llegar a acuerdos.

Deberíamos ver con más normalidad que el PP y el PSOE puedan alcanzar acuerdos, sin que ello signifique defenestrar a nadie.