Pedro Sánchez y sus ministros siguen enredando el panorama político, culpando a la oposición de los casos de corrupción y sacando pecho de la Ley de Amnistía por bien del interés general del país y en pro de la reconciliación con Cataluña.

La investigación del  “caso Koldo” no ha hecho más que empezar y ya afecta a cinco ministerios y a varias comunidades autónomas gobernadas entonces por los socialistas, como es el caso de Baleares y Canarias.

Veremos qué pasa cuando Koldo García se decida a tirar de la manta. De momento, ya ha amenazado al número 3 de los socialistas, Santos Cerdán, hombre de confianza de Pedro Sánchez y negociador del PSOE con Junts.

El Gobierno sigue con su política de poner en marcha el ventilador para hablar de los casos de corrupción del PP y no del que tiene en su propia casa y le ha estallado en sus propias narices.

El Gobierno se da de momento por satisfecho, habiendo cortado la cabeza del que fuera secretario de organización del PSOE y ex ministro de Transportes, José Luis Ávalos. Sin embargo, todo parece indicar que Ávalos es solo la punta del iceberg de una trama corrupta que afecta a otros miembros del Gobierno. Entre los nombres también aparece el de la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez.

Al Gobierno le ha estallado un caso de corrupción de grandes dimensiones que requiere de una cirugía inmediata que no termina con Ávalos, dándolo de baja del partido y pidiendo su acta de diputado que tampoco entregó para irse al grupo mixto. La propia presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol no dio unas explicaciones convincentes sobre la compra de mascarillas durante su mandato como presidenta del Gobierno de Baleares. Hay muchas sombras en todo este asunto que apuntan cuanto menos, a graves responsabilidades políticas que siguen sin asumirse. Armengol no ha dimitido y cuenta con el apoyo del Gobierno. El actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ex presidente canario sigue defendiendo la magnífica gestión de su gobierno durante la pandemia, sin aclarar nada respecto a los contratos de las mascarillas por valor de 12,2 millones de euros con la trama del caso Koldo.

Todos se sienten víctimas de esta red corrupta que mediante el cobro de comisiones ilegales en plena pandemia lograron pingües beneficios, aprovechándose del dolor humano. Pero, por qué se concedieron estos contratos a esta trama corrupta que se paseaba con absoluta libertad por todos los ministerios es algo que deben aclarar y de cómo un personaje con el currículum de Koldo García llegó a tener tanto poder dentro del ministerio que dirigía Ávalos. Y hasta el momento no lo han hecho.

Sánchez debería ser igual de tajante que lo era cuando pedía responsabilidades al PP por los casos de corrupción. Pero  una cosa es predicar y otra dar trigo.