Si el “caso Koldo” hubiera afectado al PP con los conservadores en el Gobierno, la oposición no hubiera tardado ni dos segundos en pedir la dimisión del presidente y la convocatoria urgente de elecciones anticipadas.

Ningún socio del Gobierno actual (Sumar, ERC, Junts, BNG, EH Bildu o PNV) se plantea reprobar al Gobierno de Pedro Sánchez por el “caso Koldo” ni pedir su dimisión. Las responsabilidades políticas se exigen únicamente cuando afectan a la derecha.

En lo único que se han puesto de acuerdo estos partidos ha sido en crear una comisión de investigación que no sirve absolutamente para nada, como han demostrado todas las comisiones de investigación. Ninguna ha ayudado a resolver nada. Para eso están los jueces.

El PNV en boca de su portavoz ha dicho que mantienen su apoyo a Sánchez para garantizar la estabilidad de la legislatura.

Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno hace dos legislaturas por un moción de censura contra el entonces presidente Mariano Rajoy. Aquella moción de censura que se produjo tras conocerse la sentencia del caso Gürtel que condenaba al PP por financiación ilegal, fue respaldada por los mismos socios, incluido Unidas Podemos, que hoy mantienen a Pedro Sánchez en La Moncloa.

Esos mismos socios que guardan silencio ante un caso de corrupción, como es el “caso Koldo” que salpica a varios ministerios y a varios miembros del gobierno, entre ellos, a  la presidenta del Congreso, Francina Armengol durante su etapa como presidenta de Baleares por la contratación irregular de mascarillas en plena pandemia, que luego resultaron defectuosas y se pagaron con fondos europeos.

Las responsabilidades políticas no terminan pidiendo el acta de diputado del ex ministro de Transportes José Luis Ávalos y dándolo de baja en el partido. Ávalos es solo la punta del iceberg de un caso que amenaza con hundir a todo el Gobierno por las implicaciones que tiene y que se van conociendo conforme avanza la investigación.

Me gustaría saber qué piensa la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz que mientras sus compañeros de partido Félix Bolaños y María Jesús Montero, entre otros, aplaudían jaleantes la aprobación de la Ley de Amnistía, ella permanecía sentada en su escaño con gesto serio y de pocos amigos.

Una Ley de Amnistía que perdona delitos relacionados con la corrupción como es la malversación y que ahora su partido Sumar quiere prohibir después de aprobar esa ley de amnistía que exonera de cualquier responsabilidad penal a quienes malversaron fondos públicos durante el "procés".

Si la corrupción fue entonces el motivo de la moción de censura contra Mariano  Rajoy, hoy existen los mismos argumentos y si me apuran incluso más para presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez,  porque algunos se lucraron cobrando comisiones ilegales en plena pandemia cuando en este país moría la gente a diario.

Hay que exigir al Gobierno la misma contundencia contra la corrupción que reclamaban ellos cuando estaban en la oposición.