Según una información publicada por este mismo periódico en su edición de ayer jueves, firmada por Sergio Gómez, los rendimientos del cereal se han desplomado en torno al 90% en las comarcas de la Costera y la Vall d’Albaida, como consecuencia de la sequía. En un año normal, la producción media rondaba los 2.000 kilos por hectárea.

Una situación que amenaza con prolongarse durante este año, donde las lluvias siguen sin hacer acto de presencia.

A los elevados costes de producción, como son los abonos,  los fertilizantes, las semillas o el gasoil con subidas del 70% y del 50% se unen unas condiciones meteorológicas muy adversas que impiden el normal desarrollo de la siembra. Por otro lado, los precios del cereal se mantienen estancados desde hace décadas, a pesar del alza de los costes.

Los agricultores han retrasado al máximo las siembras, con la mirada puesta en el cielo. Lo habitual es sembrar el cereal de invierno en los meses de noviembre y diciembre. Sin embargo, esta campaña algunos agricultores la han alargado hasta el mes de enero, incluso febrero, con la esperanza de que el agua riegue sus campos.

Algunos han dejado terrenos preparados para la siembra del girasol que requiere menos abonados y, por tanto, menos costes. A falta todavía de saber qué va a pasar con las ayudas al girasol y la colza que la Comisión Europea suprimió sin previo aviso, el cultivo de girasol es una alternativa muy beneficiosa ante la falta de cereal.

El cultivo del cereal es uno de los más afectados por la sequía. En la principal zona productora de España, como es Castilla y León, la superficie de siembra se va ha ido reduciendo campaña tras campaña a la espera de otros cultivos alternativos. Los agricultores de Castilla y León han sembrado cerca de 60.000 hectáreas menos de cereal.

España es un importador neto de cereales, con un déficit estructural de la balanza comercial. La producción nacional no llega a cubrir las necesidades internas, en particular las de la industria de elaboración de piensos para consumo animal. Las compras en el exterior alcanzarán los 24 millones de toneladas frente a una producción estimada de 11,6 millones de toneladas, según datos del Ministerio de Agricultura. La cosecha de cereal a nivel nacional lleva encadenando varias campañas con producciones muy cortas. La última fue un 37% inferior a la campaña pasada.

Con estos datos, España tendrá que comprar en el extranjero, el doble de cereales de los que produce.

En plena protesta de los agricultores que reclaman soluciones a Bruselas, el campo español continúa luchando por su supervivencia.

Los agricultores y ganaderos llevan años reclamando unos precios justos para el campo, que les permita vivir dignamente del trabajo que realizan.

Los pocos avances que se han cosechado en estas semanas de movilizaciones con tractoradas por toda España no hacen sino presagiar malos augurios para el campo español. No existe una voluntad clara por parte de Bruselas de priorizar el campo frente a las políticas medioambientales y la excesiva burocracia.