Susana Marqués lleva más de siete años al frente del Ayuntamiento de Benicàssim y son más de tres los que lleva realizando un gran trabajo de diálogo, de búsqueda de consenso para sacar adelante diferentes proyectos desde que en las elecciones municipales del 2015 ganara las elecciones en Benicàssim e iniciara un gobierno en minoría. En aquel entonces, el PP, que sumaba seis concejales, intentó incluir en el equipo de gobierno al edil de ARB, Carlos Díaz y Ciudadanos (2 concejales) para lograr una mayoría frente al resto de los grupos de la oposición, PSPV (3 ediles), Compromís (3 ediles) y Ara Benicàssim (2 ediles). Pero no fue hasta principios del 2017, cuando ARB entró a formar parte del equipo de gobierno y el equipo de gobierno pasó de seis a siete concejales. La munícipe recordó entonces que las puertas han estado abiertas desde las elecciones a «incorporar a aquellos grupos que tuvieran ganas de trabajar en pro de Benicàssim», con su gobierno en minoría como la lista más votada, tal y como expuso en su discurso de investidura, «los ciudadanos han querido una pluralidad política».

Para lo que queda de legislatura, desde el equipo de gobierno van a seguir reivindicando que el Ministerio asuma el coste de amortización de la desaladora, que se de una solución a la movilidad con la Nacional 340, «con una salida norte digna y segura». Y en movilidad, «tanto el gobierno de la nación como la Generalitat, han de mejorar las conexiones interurbanas, tanto por carretera como en ferrocarril». Y, por encima de todo, «queremos que la Generalitat asuma su responsabilidad de desbloquear el proyecto de canalización del barranco de la Parreta que tiene pendiente el futuro de la zona sur de Benicàssim».

Acabar el CEAM, Villa Elisa o el entorno del tanatorio son proyectos que culminarán antes de que acabe la legislatura.